— ¿Por qué siento que estoy siendo castigado? — Dije mientras veía la excesiva lista de cosas que había que comprar en el supermercado y alrededores. — ¿Toallitas húmedas Huggies Supreme? —
— Eso es mío, tengo una piel facial sensible. — Damián me dio una palmadita mientras pasaba con una bandeja llena de comida.
— Además de lo que necesitamos aquí, también harás la despensa de la casa. Además, que iras a recoger las nuevas cartas de menú con el diseñador que contratamos y los nuevos mandiles. — Comentó Tadeo con los brazos cruzados en frente de mí.
— ¿Por qué tengo que ir por esas cosas? —
— Por andar mintiendo para faltar al trabajo. Tos y gripe, ya se me hacía raro que Noé no mencionara nada cuando se pasó por aquí temprano. — Sentí como mi cara aumentaba de temperatura y fue que Tadeo solo se quedó con una expresión sacada de onda. — ¿En serio pones esa cara después de que Daniel y tú dejaron ese cuarto como estaba? Dios, no lo creo. —
— No te miento cuando te digo que perdí el control. — Tadeo solo dio media vuelta.
— Ya solo vete, no entres en detalles. — Y sin más salí de la cafetería con la gran lista de despensa que tenía que hacer. Mientras conducía noté que detrás de mí había otro carro dándome cuenta de que se trataba de Asael. De cierta forma tenerlo como guardaespaldas era demasiado molesto, podía defenderme a la perfección, pero él no quería dejarme solo. Lamentablemente no lo iba a hacer cambiar de opinión debido a que él era como un robot que seguía la orden de su dueño a piel de la letra, se podría decir que su ultimo dueño fue mi abuelo. — Asael, si no fuera porque sé que eres otra víctima del método de Penélope Curts, ya te hubiera partido la madre. — Gruñí mientras conducía, pero al llegar a la plaza comercial noté que ese hombre se había esfumado.
Decidí tranquilizarme mientras tomaba un poco de aire, tomé la lista y mi billetera, salí del auto y me adentré del supermercado que había dentro de la plaza, tuve que llevarme dos carritos, mas había un problema de como los ibas a empujar ambos. Fue entonces que se me ocurrió una idea, y esa fue pedir unas cintillas de plástico al guardia a la gente de paquetería quienes amablemente me dieron un puño, rápidamente junté ambos carritos haciendo un carrito doble que fue centro de atención durante las compras, en uno de los carros ponía lo de la cafetería mientras en el otro ponía la despensa de la casa, estaba poniendo las toallitas húmedas. Me puse uno de mis auriculares inalámbricos para escuchar música ya que me estaba aburriendo.
Continué poniendo cosas en el carrito doble cuando notó que ya tenía todo lo de la lista puse una sonrisa y fue que me dirigí a la caja cuando llegué separé los carritos con una navajita que siempre colgaba en mi cinturón, y fue que tardé un poco en pagar, gracias al cielo todas las bolsas cupieron en un solo carrito por lo que salí bastante contento. Tardé como dos horas, por lo que debía darme prisa para volver y poder comer con Daniel una vez que haya salido del trabajo.
Mientras caminaba apreté mi auricular para cambiar de canción, pero lo que empezó no fue una melodía.
— No te muevas, ni digas nada, si haces algo entonces te mataré y haré una matanza en este lugar. — Escuché detrás de mí, sintiendo en mi espalda baja el cañón de un arma de fuego. Tenía que estar frío y eso fue lo que hice. — Ve hacia tu auto, si notó que haces algo raro entonces comenzaré a disparar a diestra y siniestra, tengo toda esta plaza como rehenes. — Comentó ese hombre y solo asentí.
Comencé a caminar hacia la salida, mientras daba pasos pensaba en que otras cosas podía hacer para librarme, había muchas cosas, pero eso era al costo de vidas humanas cosa que no quería que pasara, estaba atado de manos. Al caminar noté que había un auto con gente a un lado del mío. Estaba caminando, pasando a lado de un pequeño puesto de aparatos electrónicos, donde en un aparados estaba la figura de un arma con un pedazo de cartulina que tenía escrito, pistola de espuma.
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La luz de mis ojos (Historia LGBT) (~2Temp ~)
Romance2da. Temporada Próximamente Bernardo Noriega es un hombre que desconoce sus propios sentimientos de manera literal, no sabe mucho acerca de estos ya que desde que tiene memoria solo recuerda sufrimiento, dolor, sangre y muerte, siempre manteniéndose...