30: Asael

63 12 6
                                    



Asael era un hombre misterioso que llegó tiempo después que Dante se fue de la casa de la familia, dicho nombre solo es un alias que recibió de mi padre para lograr llamarlo de alguna forma. Su mirada era fría sin sentido de vida, por lo cual cuando fue puesto a prueba él volvió con las cabezas de una familia entera sin chistar y sin tener algún gramo de sentimientos.

— Sus ojos me recuerdan a los de Dante. — Me sorprendí y miré directamente al abuelo quien solo veía como la sangre manchaba la alfombra. — Ese día, cuando encontró a quienes mataron a Selene, sin dudar, sin decir nada solo disparó y directo en la cabeza. En menos de 10 minutos tu hermano terminó un trabajo que a otros les llevaría más tiempo. Asael es como un Dante, pero sin lazos que tu hermano tiene, aquello que lo mantiene con los pies en su humanidad. — Quedé un poco en shock al escuchar tal cosa.

No se sabía nada de él, de donde venía, o donde fue encontrado... Todo era un misterio alrededor de ese hombre. Pero un día noté algo que me dejó congelado y era que mi abuelo estaba haciéndose cercano a él, lo trataba de la misma forma que trataba a mi hermano. Noté de repente como un día mientras yo salía de la casa, Asael se encontraba tirando a las aves con su mirada seria, y fue que lo percibí, esa misma aura que Dante, ese mismo porte que tenía cuando salió de su habitación a cazar a los asesinos de mi hermana.

Cuando ocurrió el secuestro de Daniel y la aprensión de toda la familia... Asael se encontraba entregando mercancía en Paraguay, mis padres por esa razón estaban tranquilos al momento de ser detenidos. Ellos pensaban que Asael se iba a encargar de organizar algo para liberarlos, pero pasaron los meses y ese hombre jamás apareció e incluso noté que toda huella de él se había esfumado como si nunca hubiera existido a la orden de mis padres. Callé su existencia por una razón y eso fue que creí que él se había retirado a algún lugar, que mi abuelo había lo había hecho recapacitar y optó por dejar todo lo que tuviera que ver por nosotros.

Me seguía costando creer que estuviera rondando a Dante y a Daniel, pero... ¿Por qué? Dante y Asael jamás se conocieron. Entonces, ¿Cuál era la razón para estar rondando con esa apariencia?

*

— ¿Estás bien César? — Suspiré dejando caer mi cuerpo un poco en el abrazó con Diego. — ¡César! ¡Oye! — Tenía que ocultar el tema de Asael por un tiempo, necesitaba encontrarme con él y encarar el tema por mi mismo.

— Nada, je... Solo estoy feliz que me aceptes. — Comenté apretando el abrazó a su cuerpo. — ¿Ya dije que te amo? —

— Si, ya lo dijiste. Aunque tampoco me quejó de escucharlo más veces. —

— Lo diré las veces que quieras y las veces necesaria para que no me vuelvas a dejar. —

— Tonto... — No debía de dejar que nadie se involucrará con todo lo que estaba pasando. Maldición hasta ahora comencé a entender a Dante cuando Daniel fue secuestrado, ¿Así que este es el miedo que sentiste hace 8 años? Hermano.



*



Los días fueron pasando y por alguna razón tanto Diego como mi hermano se quedaron en la ciudad. Cuando menos pensé todo estaba continuando con normalidad y su presencia se hizo común en la cafetería la cual ese día no estaba abierta porque se encontraba en una rápida remodelación debido a un favor que nos había pedido Damián Morales y eso era preparar una cita romántica para él y Darío Rivero.

La luz de mis ojos (Historia LGBT) (~2Temp ~)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora