Al verla sus ojos parecían dagas que podían matarte en cualquier momento, sus porte y elegancia que emanaba te hacían sentir pequeño una vez estando en frente de ella, era una mujer vestida en con un traje de pantalón en color azul, tacones y un cinturón por fuera que enmarcaba su cintura, su cabello claro se encontraba agarrado con una coleta, dejando una parte caer a un lado de su frente, su rostro no tenía mucho maquillaje, algo de polvo, un delineado y un labial discreto en tono rojizo. Esa mujer parecía ser una dama de pelea, pero sin dejar a lado su feminidad.
— Daniel Saavedra. La última vez que vi un reporte de ti, estabas ciego y ahora te veo andante mirándome de pies a cabeza. — Comentó aquella mujer con su voz tranquila y algo rasposa.
— Tuvo una operación hace meses, y pudo recuperar su vista. Larga historia, mejor dime que fue lo que dijo Dante cuando pasó por acá. — Asael comenzó a entrar a la casa sin tapujos, ni explicaciones, la chica solo dio un suspiro negando con su cabeza.
— Tan seco como siempre. Pasa Daniel, mientras le explicó lo que ha ocurrido. — La mujer también entró, dejándome con parado afuera sin entender mucho de lo que sea que estaba pasando. — Dante vino aquí hace unos días, al verme se sorprendió bastante que la casa de sus padres estuviera funcionando y a cargo mío. Pero al final estuvo por todos los cuartos buscando algo, no decía lo que era simplemente decía de que, si tenía eso, podría encargarse de Omar sin dudas. No más duró como dos horas y se fue con toda la bola de sus hombres. — Comentó mientras veía como estaba parado.
— Creo que sé lo que estaba buscando, enseguida vuelvo. — El hombre salió corriendo y dejándonos a mí y a la mujer misteriosa en medio de la sala. La chica cruzó sus brazos y solo miró comenzando a mover su cabeza en negación.
— Nunca va a cambiar. — En ese momento sus ojos me miraron, yo me quedé congelado mientras veía como se acercaba y extendía su mano frente a mí. — Mucho gusto, mi nombre es Anastasia Mireles. —
— Mucho gusto. — Respondí tomando su mano con gentileza, me quedé en silencio unos segundos cuando de repente miré de reojo a la mujer. — ¿Puedo preguntarte algo? —
— ¿Qué de donde te conozco o de salió tu reporte? Al igual que Asael pertenecí a las líneas de la familia Noriega, Asael, yo y otros estábamos haciendo un operativo cerca de Texas cuando ocurrió la detención de los padres de Dante y César, seguí los pasos de Asael y Dante y acabé trabajando para las fuerzas de la DEA, sabía de tu existencia porque yo era quien le entregaba los reportes de Omar al jefe hace años y Asael me mostró imágenes y videos de lo que había ocurrido después, por eso me sorprende un poco que estés viendo cuando la imagen que vi de ti es tu al parecer sobándote la frente después de haber chocado con una pared. —
— Oh por dios, que vergüenza. — Comenté.
— Ahora solo debemos pensar en Dante y como buscarlo, porque por lo que vi, él esta buscando la forma más rápida de encontrar a Omar y tirarse a balazos a morir. — Anastasia se veía preocupada y fue entonces que noté algo en su mirada, era como si...
— ¡Aquí está! — Se escuchó el grito y enseguida una secuencia de golpes fuertes que hicieron que tanto aquella mujer como yo corriéramos hacia el origen de tales golpes, era una especie de despacho en la misma planta baja donde Asael se encontraba golpeando con un matillo el piso de madera, teniendo a un lado aventado un gran escritorio.
— ¡¿Qué diablos estás haciendo?! — Preguntó alterada Anastasia mientras veía como la madera se iba rompiendo. — ¡Asael! —
— Estoy sacando aquello que estaba buscando Dante. — Asael estuvo golpeando varias veces más haciendo un gran agujero en el suelo y enseguida sacando una caja que se veía bastante elegante. — A pesar de todo aún sigue aquí. —
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La luz de mis ojos (Historia LGBT) (~2Temp ~)
Romance2da. Temporada Próximamente Bernardo Noriega es un hombre que desconoce sus propios sentimientos de manera literal, no sabe mucho acerca de estos ya que desde que tiene memoria solo recuerda sufrimiento, dolor, sangre y muerte, siempre manteniéndose...