34: La cruel verdad

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Todos se encontraban desesperados en la cafetería Luna Café, no sabían a quien recurrir o a donde dirigirse. Ese día no habían abierto la cafetería debido a que Dante había desaparecido sin decir nada.

— Es que ¿Y si algo le pasó? — Preguntó Tadeo con desesperación. — ¡Solo estamos perdiendo el tiempo! ¡Necesitamos avisar a la policía! —

— Tadeo tiene razón, Dante pidió tres días supuestamente para ir a renovar su pasaporte y visa y ya lleva más de una semana sin comunicarse. — Damián estaba con Tadeo y tambien tenía una cara de preocupación.

— Hemos esperado como ustedes han dicho, pero Dante aparece. ¡¿Qué es lo que esperan?! ¡Que nos llamen para decir que lo encontraron muerto! — Gael estaba perdiendo los estribos mientras miraba como los otros hombres delante de él se quedaban en silencio: Cesar, Diego, Bernardo y Daniel. Los cuatros parecían saber algo, más se quedaban callados ocultando sus pensamientos de los demás. En el lugar también se encontraban Noé y Miriam quienes solo eran espectadores del pesado ambiente entre todos.

— Cesar, también he esperado como me lo has pedido. Pero debo de empezar a especular que la razón por la que se fue Dante fue para protegernos. Dime si me equivoco. — Daniel comenzó a hablar con seriedad mientras sujetaba con fuerza su bastón blanco.

— No. No estás equivocado, lo más seguro es que Dante se haya ido en busca de guerra. — La mandíbula del chico con lente se tensó al igual que sus puños apretaron con más fuerza su bastón.

— ¿Desde cuándo? ¿Cuánto tiempo? ¿Son de nuevos tus padres? — Preguntó con una voz dura, como si estuviera aguantando todo su enojo. Daniel estaba pensando en muchas cosas, muchos peligros, pero en su mente volvían aquellos sonidos de balas y las ultimas palabras del señor Enrique.

— Mi padre se encuentran preso en una prisión de máxima seguridad en Oklahoma, mi madre metido en un psiquiátrico en Kansas. No, es Omar... Se escapó de la prisión donde estaba y juntó gente para atacar a Dante. — Todos a excepción de Bernardo se quedaron sorprendido de las palabras de Cesar, quien bajó su cabeza.

— Los ataques empezaron desde mucho antes, pude evitar que atacaran excepto esa noche en el parque y el ataque al supermercado. — Daniel recordó aquella noche y también la noticia de la balacera en el super.

— ¿Así que tu también estas metido en esto Asael? — Preguntó el joven acomodando sus gafas.

— Un momento. — Interrumpió Tadeo mientras veía a todos lados. — ¿De que mierdas están hablando? Asael, respóndeme. — El hombre de rostro bello miró a Cesar, pero enseguida se paró en medio de todos sin dejar de mirar al chef.

— Los padres de Dante y Cesar eran narcotraficantes y asesinos. — Dijo en seco haciendo que todos se petrificaran al instante. — Asael es el nombre que me dieron, yo era un asesino a las órdenes del abuelo de ellos, don Bernardo Noriega. Dante se alejó de su familia cuando su hermana, la melliza de Cesar fue asesinada por enemigos de los padres, tiempo después fue Dante quién vengó la muerte de Selene. — Al escuchar eso, Cesar apretó sus puños comenzando a sentir enojo. — Años después don Bernardo comenzó a enfermar por su avanzada edad, y los padres de Cesar comenzaron a sospechar que toda la herencia del patrón iba a ser para Dante, por lo que decidieron ponerle vigilancia, un joven chico de la calle que era bueno para cocinar, ese es Omar. Recuerdo que yo mismo le dije su misión.

*

— Lo único que tienes que hacer es reportar cada tres días lo que hace Dante en esa cafetería, quienes son amigos y sus seres más queridos. — Comentó Asael. — De salir todo bien, tendrás el dinero que prometimos darte para la operación de tu hija. —

La luz de mis ojos (Historia LGBT) (~2Temp ~)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora