Mi vida ha sido una infinidad de sufrimiento, sufrí un secuestro donde me torturaron, me hicieron un conejillo de indias donde alteraron mi mente y por ello no puedo recordar nada de mi vida anterior a mi primer recuerdo después de despertar en una camilla en un lugar terrorífico. Mi mente estaba quebrada, no podía sonreír, no podía llorar, no sentía alegría, tristeza o empatía por nadie y simplemente estaba entre casas hogares de un lado a otro ante la insistencia de que nadie quería a un menor como yo.
De repente simplemente decidí huir y convertirme en un chico de la calle, tuve que aprender a defenderme y a pelear y fue cuando me topé con él: El jefe de la familia Noriega. Un hombre de ojos distintos a los míos, a la gente con solo mirarlo les salía el miedo por los poros. Aquel hombre vio algo en mi que simplemente me dijo:
"Ven conmigo, y yo te haré sentir aquellas emociones que jamás has sentido." Algo dentro de mi me decía que huyera, pero también algo me empujaba hacía él al momento de pensar acerca de mis sentimientos, eso era esperanza.
Golpear, atropellar, acuchillar, disparar, ahorcar, mutilar, secuestrar... Esas fueron las enseñanzas que aprendí una vez que llegué al cartel de los Noriega, aunque siempre escondían mi existencia, eran simplemente acciones que no provocaban nada en mí, me era completamente indiferente, la situación, el día, la hora, el tipo de persona, la gente que me veía, los gritos, las suplicas simplemente era un tipo que seguía ordenes sin algún tipo de queja o remordimiento. Era vestido, alimentado y tenía un lugar donde vivir, para mi eso era suficiente.
— ¿Quieres una fresa? — Miré al padre del jefe: Bernardo Noriega. Él se acercó a mi después de que me instalé en la casa principal, ya no era ocultado así que todos se sorprendieron al verme trabajar. El anciano hombre de repente me buscaba para platicar conmigo, leerme algunas cosas de los libros que tenía, darme de comer frutas, postres o alguna fritura... Incluso me invitó a la playa a pasar unos días sin trabajar enseñándome cosas como el mar, el atardecer, y hablar de la vida misma.
— Estás sonriendo. — Reía al verme sonreír por primera vez, eso fue la primera vez que vi el anochecer y las estrellas aparecieron. — Eres como un niño que está aprendiendo a descubrir la vida y el valor de esta. Sé que no tienes nombre ya que Asael es poco creíble que sea tu verdadero nombre, y quiero que pienses en uno para sacar papeles que acrediten tu identidad como humano. — Humano, era lo menos que la gente creía de mí, pero ese hombre por primera vez me dijo y me trató como una persona cualquiera, no era la sensación de un padre con su hijo.
— Bernardo, me quiero llamar Bernardo como usted. — Respondí sorprendiéndolo.
— Si así lo quieres, así será... Es un alago para mí. — Varios meses después, fui enviado a hacer una entrega de mercancías junto con Anastasia y otros hombres, de repente la noticia de la muerte de Don Bernardo nos llegó y no podíamos regresar al instante ya que estábamos en medio de la selva colombiana. Esa noche fue la primera vez que derramé lagrimas al saber que al regresar no estaría aquella sonrisa cálida con la que siempre me recibía. El cartel Noriega fue desmantelado y simplemente quedamos varados en un limbo sin saber que hacer, fue de repente que un licenciado me entregó una carta que estaba dirigida a mí, donde decía que continuará con una vida lejos de aquellos negocios, que continuara aprendiendo y que encontrara la gente con la que podía convertirme en una persona de bien y también me pidió que cuidará de su nieto Dante, y no lo dejara caer en el abismo que él había comenzado.
Fue entonces que lo decidí, empezar con algo nuevo fuera de lo malo, me entregué y puse mis servicios a la CIA, donde conocí a Dante Noriega en una misión y la sonrisa que él me brindo era idéntica a la de su abuelo, poco a poco me di cuenta cuan parecidos eran, es por eso que le tomé cierto afecto a él quien era un bello recuerdo viviente.
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La luz de mis ojos (Historia LGBT) (~2Temp ~)
Romance2da. Temporada Próximamente Bernardo Noriega es un hombre que desconoce sus propios sentimientos de manera literal, no sabe mucho acerca de estos ya que desde que tiene memoria solo recuerda sufrimiento, dolor, sangre y muerte, siempre manteniéndose...