6: Los sentimientos del primer encuentro

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Lo que recuerdo de ese momento, es que de la nada apareció un vehículo pesado que me aventó varios metros dejando todo mi mundo en la oscuridad.

— Hijo levántate o llegaremos tarde al convivio. — Sentí la mano de mi madre moverme haciéndome despertar. A pesar de que ya habían pasado meses no me acostumbraba a la oscuridad a la que estaba condenado.

Me levanté y me senté en la orilla de mi cama, con mi mano izquierda pude tentar la ropa que mi madre había dejado a un lado mío.

— Te estaré esperando afuera para bajar las escaleras. —

— De acuerdo mamá. — Es un poco difícil vestirte cuando no puedes ver, no sabes que es lo que te están poniendo, ni si se te ve bien; la única guía que tengo son los botones y los bordes de las costuras para saber de que lado va la prenda. Lo mismo ocurría con los zapatos, aunque siempre los dejaba en un mismo punto para saber cual zapato iba en cada pie.

Mi habitación ya la había memorizado, era fácil salir de allí; con una sonrisa tomé el bastón de mi abuelo y salí de mi habitación escuchando la voz de mi madre que me esperaba como había dicho antes. Bajamos las escaleras, estás tambien ya las tenía memorizadas: 14 escalones, 3 de estás un poco más grande debido a la curva, pero yo podría bajarlas sin ayuda alguna, sin embargo, mis padres no creían lo mismo; ellos se preocupaban demasiado por mí.

— Tenemos que estar en el parque minutos antes de la hora indicada. — Comentó mi padre mientras desayunábamos.

— Mamá, papá. ¿Van a cumplir su promesa? — Comenté y solo hubo silencio. — Ustedes me prometieron dejarme ir solo este día a conocer gente, accedí a ir con la condición de que ustedes no estuvieran allí. — Me molestaba un poco.

— Hijo... — Mi padre hizo algunos ruidos, no quería acceder, pero al final pude escuchar un suspiro. — Lo haremos, pero le diremos a uno de los encargados que este al pendiente de ti. —

— Está bien, acepto eso. — No me importaba si había alguien detrás de mí, solo quería demostrarles a mis padres que yo podía con esto solo. Subimos a la camioneta familiar, estábamos en camino al parque cuando el teléfono de mamá sonó.

— Hola cariño, estás en altavoz. — Contestó mi madre.

— Familia ¿Cómo están? — Se trataba de mi hermano Diego, siempre hablaba por las mañanas para saber como había amanecido, como si un día fuera a ocurrir un milagro y por obra de dios recuperara la vista. Como era siempre estuvimos platicando, mis padres le comentaron acerca del convivio y él se alegró por mí, también había mencionado acerca de que volvería en unas semanas, lo cual mocionó mucho a mis padres, por mi parte, era tener otro sobreprotector detrás de mí.

Cuando llegamos a nuestro destino, mi hermano colgó despidiéndose con alegría. Al bajar de la camioneta podía escuchar los distintos sonidos del exterior: Aves, personas hablando, carros pasando y otros ruidos que no podía distinguir. Al acercarnos mucha gente se encontraba hablando y fue entones que mis padres me presentaron con la encargada de todo, quién me empezó a tratar como a un niño diciéndome donde sentarme y esperar; mis padres por su parte se fueron preocupados, pero estaba seguro de que se habían ido. Pasaron más minutos donde aquella mujer explicar todo lo que trataba la actividad, uno de los ayudantes me dijo que tomará un papel que me fue asignado, al final el me ayudó a tomar el papel y esperar a mi primer amigo.

— Creo que tú eres mi pareja. — Escuché una voz y fue que no dude en sonreír.

— Bueno, no lo sé... ¿Qué número tienen nuestros papeles? — Comenté y pude sentir la presencia de aquel hombre.

La luz de mis ojos (Historia LGBT) (~2Temp ~)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora