Los días fueron pasando con fluidez, la vida con Daniel era bastante divertida, cada día era una aventura nueva a su lado, sin embargo, había otros momentos que notaba como la alegría del chico se decaía y tenía aquellos sentimientos malos que no me gustaba que tuviera. Trataba de ayudarlo, pero antes de hacer algo de nuevo volvía a actuar feliz.
— Daniel ¿Todo está bien? — Comenté mientras tenía abrazado al chico en la cama. Había noches que dormíamos separados y otras dormíamos juntos.
— Si, ¿Por qué lo preguntas? — Volteó su cabeza hacia arriba, miré su rostro que tenía sus ojos cerrados. — Dante, todo está bien. — Dijo comenzando a acorrucarse en mi pecho. — Tu pecho es tan firme y cómodo. —
— Je, y tu eres tan abrazable. — Respondí abrazando con más fuerza su cuerpo, aunque estaba preocupado de que no me dijera lo que pensaba.
*
— Estás preocupado porque sientes que Daniel sigue guardándose muchas cosas. — Estaba hablando con Julián en uno de los ratos que teníamos para descansar en la cafetería — ¿Estás seguro? —
— Créeme, cuando huyó de su casa y peleó con su hermano la forma en que explotó y que se expresaba, me hizo darme cuenta de que Daniel tenía una mascara para ocultar todo el dolor que guarda. — Bajé mi mirada. — Sé como se siente retener los sentimientos y al final solo harán que se haga más daño. —
— Tienes que hablarlo con él... —
— Lo he intentado. — Interrumpí abruptamente. — He intentado hablar con él de ello, pero al final no llegamos a ningún lado. Y realmente estoy empezando a sentirme inseguro. — Comenté y fue entonces que Julián se quedó callado unos segundos.
— Es difícil, porque se trata de Daniel... Tal vez no pueda ayudarte mucho está vez. — El jefe de la cafetería estaba un poco triste de no ser de ayuda esta vez.
— ¿De qué están hablando? — Noté como a un lado de mi estaba André, la pareja de Julián.
— Osito de mi vida, estás aquí. — Habló feliz el dueño de la cafetería quien parecía un cachorro cuando se trataba de André. Y cabe aclarar que la forma en que lo llama se debe a que antes André estaba un poco pasado de peso, después de un desafortunado accidente y debido a que Julián era más una distracción que un coach, le ayudé a bajar de peso para que pudiera estar a gusto con su cuerpo.
— Ya te he dicho que no me llames así Julián. — Comentó con vergüenza el hombre para después sacar un folder de su maletín. — Toma, se traspapelo entre mis cosas. — Dijo tomando el asiendo a un lado mío. — ¿Qué te ocurre Dante? —
— Le estaba comentando a Julián acerca de Daniel, no sé como hacer para que hable de sus sentimientos ocultos, aquello que lo enoja y lo pone triste. —
— Tal vez no tengas que hablarlo, busca otro medio... Tómate de ejemplo que camino escogiste para sacar todo lo malo que tenías en tu corazón. —
— Usé el box. —
— Cómo tu usaste el box, tal vez para Daniel pueda serví otra cosa, solo necesitas encontrar que cosa puede ayudarle a enfrentarse a esos sentimientos. — André tenía razón, pero tampoco quería llenarlo de actividades y presionarlo necesitaba encontrar el momento y tambien saber que actividad pudiera realizar. Había mucho que pensar...
*
Lo estaba viendo, la imagen del cielo estrellado encima de mi; alcé mis manos tocando cada una de las luces visibles.
ESTÁS LEYENDO
La luz de mis ojos (Historia LGBT) (~2Temp ~)
Romance2da. Temporada Próximamente Bernardo Noriega es un hombre que desconoce sus propios sentimientos de manera literal, no sabe mucho acerca de estos ya que desde que tiene memoria solo recuerda sufrimiento, dolor, sangre y muerte, siempre manteniéndose...