Aunque no lo pareciera la visita a mi familia fue bastante tranquila para mi sorpresa, sin embargo, sentía que algo estaba mal y eso no me gustaba para nada. No peleé con mis padres ya que estaban de viaje, mi hermano estaba bastante tranquilo sin reclamarme como siempre lo hace, mi abuelo se encontraba enfermo, hablamos y él me dio ánimos para seguir continuando con mi vida lejos de la casa de mis padres.
— Dante, sabes siempre te digo lo mismo, pero... —
— Y yo siempre te digo que no tienes que disculparte más abuelito. No es tu culpa nada de lo que ocurre. Tu hiciste tu vida, tus decisiones, buenas o malas eso no afectó a las decisiones de mi papá ni de mis tíos, ni las mías. — Comenté tranquilamente sujetando la mano del viejo hombre quien me miraba con ternura.
— Tus ojos tienen un brillo, lleno de amor y compasión. — Comenzó a sonreír con un semblante de orgullo. — Eso te hace más peligroso, porque aún con esa mirada sé que eres más parecido a mí que todos mis hijos. —
— Solo soy peligroso cuando se me meten con lo mío. Mi familia lo sabe, por eso no se han metido en mi vida en Guanajuato. — Comenté riéndome.
— No creo que sea ese chico Leo quien te tenga así de feliz. Cuéntame, no te juzgaré... — En ese momento bajé mi mirada y miré con seriedad a mi abuelo.
— Si no me juzgarás es porque sabes que se trata de un hombre. Mi hermano te lo ha dicho ¿No es así? —
— Cesar pensó que me iba alterar o a poner en tu contra al saber que había un hombre especial para ti. Pero como dije: "No tengo porque juzgarte". Es tu vida, tú tomas tus decisiones y tú decides a quien querer. Yo soy un viejo que ya tiene un paso en el otro mundo, para que mortificarte o hacer algo en contra. Mejor quisiera saber un poco de él, si es que se puede. — Le di unas palmadas en el pecho a mi abuelo; suspirando y con una sonrisa comencé a hablar un poco acerca de Daniel viendo como al principio se sorprendió, pero después comenzó a reírse al verme hablar tan alegre de aquel chico. Lo visité toda la semana, cuando lo dejaba iba a la empresa de la familia, ya que tenía que ver cómo iban las cosas. No salía muy contento de ver toda la mierda que había en la empresa.
Mi abuelo fundó una compañía que se encarga de surtir material y herramienta a las empresas medianas y grandes. Algo así como unas super ferreterías que vendían todo tipo de material y herramientas a empresas de gran calibre. Incluso la empresa donde yo trabajaba surtía herramientas y algunos materiales de la empresa de mi familia que estaba prácticamente en todo el país y algunos países Sudamérica.
Me quedé serio, viendo como la secretaría de papá me entregaba la nueva tarjeta de crédito que solicité. Gracias al cielo no tuve que toparme con él, pero no todo fue miel, ya que antes de salir del edificio me topé con mi querido hermanito Cesar quien me miró con una sonrisa.
— Gracias por cumplir tu promesa. — Comentó dándome la mano, la cual estreché con fuerza, él solo se quejó levemente. — Se nota que esos músculos no están solo inflados. —
— Sé que investigaste a Daniel, no sé cómo supiste de él, pero te lo advierto. —
— No tienes que amenazarme, no estoy interesado en hacerle algo a ese chico. Fueron ordenes de nuestros padres, incluso lo de decirle al abuelo. Créeme que yo tampoco sé cómo supieron de su existencia. — Dijo mirándome a los ojos y fue entonces que suspiré bajando un poco la guardia. — Puedo mantenerte al tanto de sus movimientos; al igual que tú, yo ya estoy harto de todo esto. —
— Sabes que la única forma que esto acabe es que ellos dos mueran y nosotros hagamos una nueva vida lejos de todo esto. —
— Bueno, mínimo tu ya tienes un paso hecho. — Ambos nos quedamos viendo, al final nadie dijo nada y cada quién continuó con su camino. Yo volví al hotel donde me estaba hospedando y fui directamente al gimnasio del lugar, donde comencé a ejercitarme por bastante tiempo. Después de eso fui a cenar algo a un restaurante, regresé a mi habitación y tomé un baño caliente limpiando mi cuerpo de todo el sudor y liberando un poco mi mente. Al salir miré el reloj de mi celular, eran las 8:15pm desbloqueé mi celular comenzando una llamada.
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La luz de mis ojos (Historia LGBT) (~2Temp ~)
Romance2da. Temporada Próximamente Bernardo Noriega es un hombre que desconoce sus propios sentimientos de manera literal, no sabe mucho acerca de estos ya que desde que tiene memoria solo recuerda sufrimiento, dolor, sangre y muerte, siempre manteniéndose...