35: Un difícil camino

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Hace más de 3 años que volví a escuchar de la posibilidad que yo podía de nuevo ver, fue durante un congreso donde conocí a un increíble oftalmólogo y Neurólogo que había estudiado en Europa y en conjunto a una fundación se encargarían de operar a chicos que tuvieran problemas oculares tratables. El centro de atención especial donde Noé y yo trabajábamos llevamos a dos chicas que eran perfectas para tomar dicha oportunidad.

Tuvieron una cita con el especialista que les dijo todo lo que iba a hacer, el posible tratamiento y los pros y contra de la post operación.

— Muchas gracias por atender a Jessica y Alba, están demasiado felices con la posibilidad de recuperar la vista. — Comenté tomando la mano de aquel médico.

— Y yo más que contento con ayudarlas. — Fue lo que dijo y de repente quedó en silencio, pero sin soltar mi mano. — Daniel, dígame... ¿Usted desde hace cuánto que no puede ver? —

— Bueno, doctor... La verdad, ya son más de 6 años desde que tuve mi accidente que me dejó ciego. —

— Y dígame, no ha pensado en operarse para recuperar la vista. — Comentó sonando emocionado, a lo cual yo solo comencé a reír pensando que estaba bromeando.

— Jeje, no. Mis doctores me dijeron que después de tiempo yo ya no tendría posibilidad de ver debido a que mis nervios ópticos ya no serían capaces de enviar la información que enviaba el globo ocular, al parecer son glaucomas que dañaron permanentemente el nervio. — Respondí.

— Si, lo sé hay muchos como el de usted. Pero si le dijera que aun puede haber una posibilidad. ¿Tomaría la oportunidad? — Comentó y solo me quedé extrañado.

— ¿Qué me está tratando de decir? —

— Que yo le doy la oportunidad de volver a ver, como tal los glaucomas son incurables, y el nervio óptico como tal no se puede regenerar o hay forma de remplazarlo con algo externo, pero tengo una investigación y un proyecto que he estado investigando y tu eres un paciente perfecto para esto, ayudémonos mutuamente y ganemos juntos. —

Eso fue lo que recordé de esa vez, aquel doctor me había pedido ser su conejillo de indias para un nuevo tipo de operación y tratamiento. meses en decidirme y todo fue por un deseo...

*

— Cuando supimos que existía la posibilidad de que aun con los años que habían pasado, Daniel aún podía ver, mis padres y yo lo tratamos de convencer por todos los medios, simplemente no quería hacerlo estaba terco con seguir estando ciego. Incluso mis padres y yo llegamos a la idea de llamar a Dante y pedirle que hablara con él, pero antes de que sucediera eso por alguna razón Daniel aceptó y comenzó el viaje. — Diego estaba explicando al club de los invisibles como era posible que Daniel pudiera ver, todos quedaron en shock al ver que el chico simplemente veía.

— Un momento. Daniel se sometió a una cirugía prototipo ¿Cómo es que salió tan bien? — Preguntó Gael intentando comprender todo, pero en ese momento Daniel volvió a entrar a la cafetería esta vez sin sus lentes.

— Lo que pasó es que nunca me sometí a esa cirugía inexistente aún. La razón de mi ceguera fue por un mal diagnostico de parte de los doctores. Si, había glaucomas en mis ojos, pero eran de ángulo cerrado que podían ser operados con una iridotomía periférica con láser, apenas tocaban mi nervio óptico, esa operación consiste en crear un pequeño agujero en el iris que permita la recirculación del humor acuoso, pero eso solo era una parte de mi ceguera, lo que los doctores no vieron fue que yo tenía era: Un glioma óptico que estaba en mi cerebro cerca del cerebelo. —

La luz de mis ojos (Historia LGBT) (~2Temp ~)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora