Trece

305 36 34
                                    

Las cosas en la juntada de Brenda no estaban yendo como Ciro esperaba. No es que él pensara que iba a poder estar junto a Ramiro todo el tiempo pero tampoco imaginó que Marina se le iba a pegar como chicle desde que llegó, ni que un par de chicas iban a interceptarlo a él con la intención de chamuyarselo. En momentos como el de ahora es que odiaba haber construido una reputación de pibe fácil.

Antes no le tomaba ni cinco minutos ceder ante la primera chica que se le acercaba, era parte de la imagen que quería dar, la de 'ganador'. En este momento, tomando fernet en un rincón mientras dos compañeras le hablaban de algo que ni siquiera estaba escuchando por mirar a Ramiro, se arrepentía de haberlo hecho.

—¿Te duele? —Ciro reaccionó cuando la morena le tocó el pómulo, justo donde tenía un hematoma.

Hizo una mueca—. Solo si me tocan.

—Los moretones te hacen ver malo —dijo Karina mirándolo de arriba a abajo con deseo en sus pupilas, recordando aquella vez que tuvo la suerte de probar sus labios—. Me gusta.

—Sí, te quedan super bien —estuvo de acuerdo Gimena, alejando su mano del rostro ajeno.

—Además, Rodrigo ya no va a volver a molestar después de lo que le hiciste.

—Lo que le hice no estuvo bien, se me fue la mano —reconoció Ciro con la vista fija en los cubitos de hielo que flotaban en la bebida.

—Él no debió decir lo que dijo —replicó Gimena.

—Y ya todos saben lo que pasa si se meten con vos, hubiera sido extraño que reaccionaras de otra forma —añadió la otra chica—. Rodrigo sabía a lo que se enfrentaba cuando te provocó.

Ciro se quedó mirando a Karina mientras procesaba sus palabras, las cuales eran ciertas. Le generaba un gusto amargo en la boca saber que todos pensaban eso, que si le decían algo que no le gustaba él iba a reaccionar de forma violenta, que cuando lo miraban en realidad estaban viendo un volcán a punto de erupcionar. Por primera vez se sintió avergonzado de sí mismo por tener esa fama, justo ahora no se sentía orgulloso como su padre le enseñó, sino todo lo contrario.

•  •  •

—¿Y te acordas de esa vez que volvíamos del parque de la costa¹ y nos agarró la lluvia cuando estábamos como a diez cuadras de tu casa? —le preguntó Marina a su ex novio. Los dos sentados en el sillón, llevaban hablando sobre viejos momentos compartidos hace un buen rato—. Habíamos pasado todo el día juntos, tirándonos de montañas rusas, subiendo a todos los juegos. A la noche fuimos a comer a nuestro lugar favorito y al final corrimos las últimas cuadras antes de llegar a tu casa bajo la lluvia, agarrados de las manos.

—Me acuerdo, fue un día hermoso —admitió Ramiro. Había vivido muchas cosas inolvidables con ella.

—Fue uno de los días más felices de mi vida —confesó ella mirándolo con cariño—. Solo estábamos nosotros, sin problemas. Nos queríamos mucho.

—Todavía lo hacemos.

Él no se olvidaba de todos los momentos lindos que pasaron juntos, las cenas en familia, las noches de series, lo adictivos que eran sus besos, lo bien que se sentía cuando la tenía cerca y lo perdido que estaba cuando terminaban.

Todo estaba fresco en su mente, pero ahora estaba experimentado algo nuevo con Ciro, algo que lo hacía sentir diferente, que lo tenía atrapado y ansioso por más.

Es por eso que a pesar de todos los recuerdos junto a Marina que constantemente salían a flote, a pesar de que habían días que extrañaba estar con ella; siempre terminaba rechazando su propuesta de volver. Necesitaba estar seguro, no quería tomar una decisión apresurada y quedarse con la duda de lo que le estaba pasando con Ciro.

INMARCESIBLE || (Desastres #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora