𝐄𝐒𝐏𝐄𝐂𝐈𝐀𝐋

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«14 DE DICIEMBRE DEL 2019»

—¡Ciro, viniste al final! —su hermana se sorprendió al verlo entrar a la joda en casa de Romina.

—Sí, ya me siento mejor —le dio una media sonrisa.

Mentira. En realidad iba a faltar porque Ramiro estaría con ella y no tenía ganas de verlos juntos. Pero es sábado por la noche y seguramente su papá iba a ponerse a tomar, así que tuvo que elegir el mal menor.

—Me alegro, hermanito. Vení, vamos a buscar algo para tomar —lo empezó a guiar hacia la cocina. Todavía no había mucha gente pero los que estaban parecían estar medio entonados ya.

—¿Y tu novio? —preguntó casualmente al rato.

—Preparando unos tragos con Lauti —se metieron a la cocina.

Y bueno, ya era tarde para huir. Tuvo que acercarse a saludarlos, con Lautaro no hubo problema, en cambio a Ramiro lo notó reacio a hacerlo, le dio la sensación de que se había esforzado en no correrle la cara. Había sido de lo más incómodo.

Lo peor es que desde que reconoció su enamoramiento por Ramiro sus sentimientos se volvieron más intensos. Constantemente se encuentra pensando en cómo se sentirá besarlo, si sería algo dulce y delicado o más apasionado, si sus labios serían muy diferentes a los de una chica. Deseaba tener el privilegio de agarrarlo de la mano, abrazarlo cada vez que se le antoje -que sería siempre-, explorar su cuerpo como tantas veces se había imaginado. Porque sí, aunque le dé vergüenza admitirlo, había vuelto a pensar en Ramiro de esa manera y gracias a aquello sus problemas para coger habían disminuido, no desaparecieron por completo porque el problema principal seguía siendo que se estaba acostando con una chica.

—¿Tomas fernet? —le preguntó Lautaro ofreciéndole la jarra que había preparado.

—Más vale —sonrió canchero, como si la situación con Ramiro no lo pusiera mal.

Antes por lo menos podía percibir ciertas buenas vibras a pesar de que estuviera enojado con él, pero ahora ni eso, directamente evitaba mirarlo, hacía de cuenta que Ciro no existía y eso era mucho peor. Quería hacer algo para que deje de portarse así, preguntarle por qué le estaba haciendo eso, pero no se atrevía.

—¿Y? ¿Qué tal? —Lauti esperó una devolución después de que el pelinegro lo probó.

—Te quedó de diez —afirmó Ciro dándole otro trago—. El punto justo de coca.

—¿Viste como lo prepara? Así sí me gusta —comentó Marina abrazada a su novio.

Eso era justo lo que quería evitar, ver sus demostraciones de amor. Ser testigo del amor con el que Ramiro mira a Marina, del cariño con el que la trata. Tener que actuar con alegría, como si no le prestara atención a sus muestras de afecto.

Por suerte su celular vibró en su bolsillo y aprovechó la oportunidad para distraerse, pero antes le dio un buen trago al fernet y se lo devolvió a Lauti.


Pablo:

'eu' 

'ya no estas mas con sofi??'

Se extrañó al leer los mensajes que le mandó Pablo. ¿Qué pregunta era esa?

Ciro:

INMARCESIBLE || (Desastres #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora