Seis

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—Che, ¿le pasa algo a Marina? Últimamente apenas te registra, lo que es muy raro —habló Lauti viendo el inicio de su instagram—. ¿Se enojó por algo?

Estaban en la habitación de Lautaro, éste sentado en la silla de su escritorio mientras Ramiro estaba tirado en la cama de su mejor amigo con los brazos flexionados detrás de su cabeza y la vista en el techo.

—Le pedí un tiempo.

—¿Eh? —Lauti apartó la vista de su teléfono. Estaba sorprendido. Ramiro la quería mucho, aceptaba los tiempos que se tomaba la chica y la recibía sin quejarse cuando ella quería volver—. ¿Por qué?

Ramiro se mordió el labio, quizás era hora de contarle lo que pasó con Ciro. No podía seguir ocultando lo que pasaba por mucho tiempo más, en algún momento se iba a dar cuenta de las actitudes especiales que tenían entre ellos.

—Creo que me está empezando a gustar otra persona.

La reacción de Lautaro fue de puro asombro, tenía las cejas elevadas, la boca entreabierta y su rostro era la definición perfecta de incredulidad.

—Vos me estás jodiendo, ¿no?

El castaño negó.

—¿Quién te gusta? ¿Y cómo es que recién me estoy enterando de esto? —soltó su celular por ahí y se fue a sentar al lado de su amigo.

—No te dije porque pasó hace muy poquito y no tuve tiempo ni de procesarlo bien —se excusó Ramiro incorporándose para quedar sentado.

—Boludo, no lo puedo creer.

—¿Tanto te sorprende que me guste alguien? Ni que fuera algo del otro mundo —puso los ojos en blanco. Lautaro era todo un dramático sin remedio.

—Y sí, sos más frío vos, te cuesta un montón engancharte con alguien —bueno, eso era cierto. Lauti agregó—. Igual me alegro que te guste otra chica, Marina me cae bien pero no te conviene, te re bajoneas cada vez que te deja.

Ramiro hizo una mueca, era la hora de aclarar que en realidad era un chico y no cualquiera, era justo el hermano de su ex.

—No es una chica —respondió Ramiro, atento a la reacción de su amigo. Al principio el ceño de Lauti se frunció al no entender a qué se refería, pero a los pocos segundos borró esa expresión para adoptar una de asombro que trató de disimular—. Es un chico.

Lauti se demoró un poco en recuperarse de la sorpresa y responder.

—Ah, no sabía que te gustaban los chicos.

—No sé si me gustan en general, solo me están pasando cosas con él —admitió Ramiro viendo sus manos—. Nunca me había gustado un chico antes, ni siquiera me llamaban la atención. Nada. Pero con él es diferente.

—Me alegro que te des la oportunidad de conocer a alguien más —Lauti palmeó la espalda de su amigo con orgullo.

—Sí..—asintió Ramiro—. Es que hay un problema..

—¿Cuál?

—El que me gusta es Ciro —soltó la bomba sin más.

—¿Ciro? ¿El Ciro que vos y yo conocemos? ¿Ciro Velasco? ¿Ese Ciro? —la incredulidad en su tono de voz era obvia. Ramiro asintió. Lauti cerró los ojos soltando un profundo suspiro que se traducía a un «no puede ser»—. No lo puedo creer, Ramiro, ¿justo tenía que ser él?

—Ya sé, soy un tarado —se pasó las manos por la cara, estaba muy frustrado—. Justo me tenía que gustar el hermano de mi ex, no podía ser otro.

INMARCESIBLE || (Desastres #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora