Tres

346 53 34
                                    

Esta semana después del encierro para Ciro había sido como un respiro del caos que se había convertido su vida, no es que ahora sus problemas mágicamente se habían solucionado, pero la carga emocional que lo venía agobiando se había aligerado.

Hasta tuvo una charla con Marina, ella le pidió perdón por lo que había hecho, dándole la misma versión que a Ramiro: que se enojó por sentirse ignorada y sobrerreaccionó. Ciro no dio muchas vueltas para perdonarla, quería cerrar ese tema y enfocarse en el presente, de nada le servía estar peleado con ella. Además, no era el más indicado para juzgar después de andar a los besos con Ramiro.

Otra cosa que tenía que enfrentar era su pelea con Maxi, es por eso que se encontraba yendo a una plaza cerca de la casa de su amigo. Apenas pasaban de las nueve de la noche cuando llegó al lugar.

—Llegaste tarde —fue lo primero que dijo Maxi al verlo.

Ciro negó—. Vos llegaste temprano.

Su amigo se lo quedó mirando fijo como si quisiera retrucarle, lo cual sería fácil porque en realidad Ciro llegó diez minutos después de lo acordado, pero en cambio dijo:

—¿De qué querés hablar?

—De varias cosas, primero de lo que pasó en la casa de Felipe.

—Ah, sí. Cuando te pintó¹ defender a tu amiguito y atacarme a mi —recordó Maxi con molestia.

—No fue así —suspiró el pelinegro—. Simplemente me metí para que no le pegues. Además, vos empezaste a joderme a mi primero, Ramiro solo me defendió.

—¿Y desde cuándo tiene que saltar a defenderte? Si te molesta algo enfrentame vos, él no tiene derecho a meterse.

—Tendría que haberte dicho algo en ese momento, es verdad, pero no por eso tenes que atacarlo a él y después pegarme a mi —Ciro era consciente de que quizás podría haber evitado el bardo que se armó si le paraba el carro² a Maxi desde el principio, pero en ese momento se sintió como de tres pulgadas de altura cuando éste quiso hacerlo confesar de quién estaba enamorado.

—No es la primera vez que nos agarramos así, ¿por qué te molesta ahora? —de verdad que Maxi no lo entendía. En un par de ocasiones se habían desconocido³ estando alcoholizados y no había hecho el escándalo de ahora—. Es tu amiguito el que te está llenando la cabeza, ¿no?

—Ramiro no me dijo nada, deja de meterlo —respondió Ciro en un tono cansado—. Puedo pensar por mi mismo. Me doy cuenta que nuestra amistad no es la ideal, los dos hicimos muchas cosas cuestionables, pero lo pasé por alto porque más allá de lo malo nunca me dejaste solo..—hizo una pausa antes de soltar eso que le había estado molestando desde que se enteró—. Pero ya no sé qué creer de vos después de lo que me contó Ramiro.

—A ver, ¿qué te dijo ahora de mi? —lo miró casi con aburrimiento.

—Que hablaste mal de su mamá después de que la mataron —soltó Ciro con dureza. Maxi apartó la vista hacia un costado—. Dijiste cosas espantosas sobre ella solo para desquitarte porque Ramiro no quiso ser más tu amigo.

—No seas exagerado, no dije nada del otro mundo.

—Le echaste la culpa por lo que le hicieron, Maxi. Dijiste que se lo buscó por haber abandonado a su familia para irse con otro, ¿eso te parece poco? —había indignación en la voz de Ciro. Fue un iluso al creer que iba a aceptar su error—. Pensé que eras pelotudo, no una mala persona.

Maxi volvió a verlo con el ceño fruncido.

—No soy una mala persona, reaccioné como pude. Ramiro era el único amigo que tenía y me dejó tirado de un día para el otro.

INMARCESIBLE || (Desastres #2) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora