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Fue extraño ver a aquel fuereño, pero fue aún más extraño que aquella dirección lo haya llevado básicamente en medio de la nada, pues aquella dirección hacía referencia a una zona alejada pero no fuera de los límites del reino. Aparentemente no había nadie, sólo a lo lejos veía a un par de campesinos trabajar las tierras.

El tiempo pasó y del fuereño no había ni rastro.

¿La guardia real lo había atrapado?

Haruto no se sentía bien en aquel lugar, era extraño ¿Por qué lo quería ver ahí? ¿Por qué no llegaba ahora?

Después de otro par de minutos se cansó de esperar, la hora se había cumplido y nadie había llegado.

Se levantó y cuando estaba por irse escuchó algo que llamó su atención.

La guardia real llegaba a caballo desde el reino pero con un misterioso cargamento que parecían querer mantener oculto.

Haruto no podía acercarse más, pues lo verían.

No muy lejos de donde se habían detenido, había un granero, el cual desde hace mucho se pensaba que había sido abandonado, pero al ver entrar a la guardia real ahí, supo que realmente no estaba tan abandonado.

Haruto se acercó con sigilo escondiéndose entre los árboles cercanos, pero sin querer había dado un paso equivocado haciendo que se cayera y con el ruido llamar la atención del enemigo.

- Señor, escuché algo. - habló uno de los guardias apuntando a donde se provenía el ruido.

Haruto mantuvo su posición sosteniendo su arma. Respiraba pesado listo para enfrentarlos, pero algo lo impidió antes;

- ¡Señor, hay un escándalo en el centro del reino!

Todos los guardias desviaron su atención de él, y siguieron al otro.

- ¿Los rebeldes otra vez?

- Un fuereño inició el escándalo, mi Señor. Alteró el orden en el centro al robar en el departamento de armas.

Junkyu era el único fuereño que había visto hasta entonces.

¿Él por qué quisiera robar un arma?

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Pero Junkyu no era el único fuereño por esos lares. Había alguien más. Su nombre era Jihoon, alguien increíblemente entrepido.

- ¿Quién es él? - preguntó Asahi viendo a aquel chico esquivar cada ataque de la guardia real con tal elegancia y firmeza.

- ¿Qué sucedió? - Haruto llegó al reino lo más rápido que pudo, así que llegaba cansado después de tan largo recorrido.

- Él sucedió. - señaló Yoshinori. - Entró al departamento de armas e intentó robar varias de ellas. Yo estaba ahí, e intenté detenerlo pero es increíblemente fuerte y ágil.

- Ni siquiera la guardia real puede con él. - habló Mashiho.

- La guardia real no puede con nada. ¿Les damos una mano? - preguntó Asahi con su arco en manos.

Los otros tres a sintieron y cada uno sacó su respectiva arma. A diferencia de Asahi, Yoshinori usaba espada y guardaba un pequeño cuchillo en su bota izquierda, y Mashiho y Haruto usaban dos cuchillos, cada uno guardados a orillas de sus pantalones.

Jihoon sonreía viendo el resultado de su pequeño escándalo. Tomó la mochila donde guardó aquellas armas que robó.

OBEY - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora