OBEY - [HaruKyu]

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Haruto subió ambas manos de Junkyu atrapandolas con una sola de sus manos, mientras que la otra bajó tocando su cuerpo por encima del traje que llevaba. Se alejó de su cuello y regresó a sus labios.

— Me gusta lo que haces... — susurró Junkyu.

El otro sonrió en respuesta y a punto de responderle ambos se detuvieron al escuchar que la música se detenía. Haruto soltó sus manos y se levantó un poco mirando a la entrada de su carpa. Junkyu sólo alzó la mirada esperando algún otro ruido, pero no le había.

— Es imposible que se hayan ido a dormir, los hubiéramos escuchado antes. — dijo Haruto.

— ¿Deberíamos ir a ver? — preguntó ligeramente preocupado, pues cientos de cosas podían pasar como para que sólo apagaran la música.

— No lo sé... Tal vez. Me preocupa que no haya ruido y...

En aquel momento un grito se hizo presente y después de eso todos empezaron a gritar aterrados y angustiados.

Ambos se levantaron, Haruto tomó su mano y los dos salieron corriendo de la carpa encontrando a las tropas de Jiang Mao destruyendo todo.

— Jihoon...

Junkyu soltó su mano y corrió de nuevo a donde hace un rato estaban festejando. Yedam y Hyunsuk se encontraban protegiendo al príncipe mientras lo intentaban hacer huir por algún otro lado.

— ¡Jihoon! — gritó llamándolo.

Jihoon volteó y se liberó de ambos para correr hacia su hermano.

Jihoon lo mantuvo detrás de él empeñado su espada para protegerlo.

— ¡Majestades, tienen que huir de aquí! — gritó Jaehyuk acercándose a ellos, imposibilitado de hablar más bajo por toda insertidumbre. — ¡Los cubriremos!

— ¡Atraparon a Mashiho! — gritó Yoshinori corriendo junto a ellos. — ¡También atraparon a Asahi!

Jihoon se dio la vuelta mirando a su hermano. — No vienen a destruir esto... Vienes por las gemas y por nosotros...

— ¿Cómo supieron dónde estábamos? — preguntó Junghwan. — ¡Nadie lo sabía!

— ¡Junghwan y yo iremos a liberar a Mashiho y Asahi! ¡Ustedes huyan, después nos encontraremos! — gritó Jeongwoo empeñado su espada.

— ¡No! — Jihoon detuvo su acción. — ¡Ustedes dos huirán, se llevarán a Junkyu con ustedes y no van a dejar que nada le pase!

— ¡Yo no voy a ningún lado! — gritó Junkyu. — ¡Yo voy por Asahi y Mashiho con ustedes! ¡Y no puedes impedirmelo!

— ¡Estoy intentando protegerte! — respondió Jihoon volteando a verlo.

— ¡No necesito que me protejas, necesito que confíes en mí! — Junkyu tomó su mano. — Por favor, Jihoon...

Jihoon se acercó dejando un beso en su frente. Volteó con Jeongwoo y le pidió su espada.

— ¡Dale la tuya a Junkyu y ve por la de mi hermano en la carpa de Haruto! — gritó Jihoon. Jeongwoo hizo caso y regresó corriendo hacia el área de las carpas.

— Entonces vamos.

Jihoon tomó la mano de su hermano y ambos empeñaron sus espadas con la mano libre cubriéndose sus propias espaldas.

Haruto, por otro lado, miraba junto a Jiang Mao desde lo lejos.

— Lo hiciste bien, Haruto. — dijo sacando de su costado un corto pergamino. — Ahora tienes tu libertad.