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Y teniendo todo listo, decidieron partir. La resistencia les dio algunos aperitivos para el camino, pues sería largo su recorrido, y por ello tampoco llevaron demasiado.

Salieron por la noche, y les tomaría aproximadamente un día y poco más llegar al sector oeste, contando los descansos y pausas que harían para reponerse y ante cualquier dificultad, y salir por la puertilla cercana al escondite de los rebeldes de aquella zona, donde serían recibidos por los mismos para acogerlos el tiempo que fuera necesario para seguir con su búsqueda de las dos gemas restantes.

La guardia real los ayudó a llegar hasta la entrada a las catacumbas, tomando el turno de aquella noche.

Cuando llegó la hora, uno de ellos abrió la rejilla dejando entrar a los rebeldes primero.

— Dos compañeros están enterados de que llegarán y los llevarán donde los rebeldes. Si ellos van directamente podrían exponerse, y exponerlos a ustedes. — explicó uno de los guardias dándole las llaves de las siguientes rejas a Jeongwoo. — Faltan dos, pero no tenemos acceso a ellas.

— Yo puedo forzarlas. — respondió Jeongwoo tomando las llaves.

— Dejamos en tus manos a nuestros príncipes. Harás un buen trabajo. — dijo uno de los guardias, específicamente, él más viejo de todos ellos, una vez siendo traidor él también a la corona en sus inicios, y teniendo una oportunidad de los reyes nunca desaprovechó la oportunidad para remediar su error y demostrar que estaba arrepentido y que era digno de la guardia real.

Jeongwoo se sintió conmovido por lo dicho. Ambos sabían la historia del contrario, y Jeongwoo demostraría que el perdón de los príncipes hacia él no era por nada. Pero él aún no se perdonaba así mismo, y era algo que debía aprender en el camino.

El siguiente en entrar fue Jeongwoo, dejando a los príncipes por último.

— Gracias. — habló Jihoon. — Ya hicieron mucho por nosotros.

— Haremos todo, majestad. — respondió otro de los guardias.

Los cuatro guardias presentes se arrodillaron ante ellos, y posteriormente lo hizo también el líder de aquel escuadrón. Siendo cinco los presentes en total.

Junkyu se acercó dejando un beso en su frente, siendo símbolo de agradecimiento y rendimiento de honor que era completamente normal.

Finalmente los príncipes entraron también, siendo Jihoon primero y posteriormente Junkyu que seguía despidiéndose de sus guardias.

Jeongwoo lo ayudó a poner pie en el suelo tomando su mano.

— Es por acá. — señaló Jeongwoo mientras cargaba sus cosas y ayudaba a Junkyu con algunas de las suyas.

Al final de todos iba Jaehyuk, ya que siendo guardia sabía estar al tanto de cualquier sospecha. Jihoon iba junto a Yoshinori y Mashiho creando un pequeño ambiente entre los tres, a su lado también iba Yedam, pero este sólo los escychaba.

Asahi iba junto a Haruto y Junghwan que realmente no hablaban mucho, sólo intentaban permanecer lo más alejados posible de Jeongwoo y Junkyu. Y al frente iban Jeongwoo y Junkyu. Jeongwoo le señalaba algunos lugares por los que había estado, y cortas historias entre él y Junghwan.

Junghwan escuchaba aquello sintiéndose nostálgico. Jeongwoo era su mejor amigo después de todo, el único que había tenido, y lo extrañaba, pero tampoco sabía como sentirse con él después del riesgo en el que los puso.

Haruto estaba irritado de escucharlo. Él debía ir junto a Junkyu y no Jeongwoo.

Asahi empezaba a sentirse incómodo y aburrido ante la vibra que traían esos dos, así que empezó a caminar más lento encontrandose con Jaehyuk.

OBEY - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora