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Creo que nunca te había visto por aquí.

Haruto caminaba al lado del curioso joven que no dejaba de sonreír mientras veía todo.

— Es porque no soy de aquí. — respondió con lógica. — Mi nombre es Kim Junkyu. Vengo del reino vecino.

Haruto sonrió al escuchar su nombre. Su voz era tan dulce y sus ojitos parecían ser el único brillo que podía resplandecer en el horrible terror que se vivía en el reino.

— Watanabe Haruto. Soy de este mismo reino. — respondió Haruto estrechando su mano con la del otro.

Y lo siguiente fueron sonrisas de su amado caminando a su lado. Juraba que podía sentir sus caricias y oler su dulce aroma. Escuchaba su voz tan cerca y a la vez tan lejos, sentía el latido de su corazón tan fuerte y tan débil.

Junkyu... ¡Te amo!

El rostro de Junkyu se ponía pálido mientras sonreía con los ojitos cristalinos.

De repente volvía a tenerlo entre sus brazos en aquel día de la catástrofe.

— Yo también te amo, Ruto. Y te voy a amar siempre...

...


Haruto despertó de golpe sin llamar la atención de quienes estaban junto a él en el carruaje.
Soltó un suspiro percatandose de que todo había sido un sueño.

Se tranquilizó a sí mismo mientras se regañaba por ello. Tomó su maleta y de ella sacó su marioneta, aquella que había hecho para Junkyu.

Al instante de tocarla, la magia de Yedam pareció debilitarse, y de un momento a otro, la marioneta regresó a los mismos harapos con los que vestía desde antes. Los rasguños y materia deteriorada volvieron, al igual que aquellas pequeñas manchas de sangre.

Haruto bufó ligeramente molesto por ello, mas no le dio mucha importancia. La puso a su lado mientras buscaba algo de agua en su mochila, además de algo para comer.

“Debes esconderla. Nadie puede tenerla nunca ¿Puedo confiar en ti?”

Haruto se quedó quieto escuchando solamente lo que aparentemente nadie decía. Mirando a un lugar y otro buscaba al responsable, mas este no parecía estar por ningún lado.

“Brilla cuando está conmigo y con mi hermano, no puedo llevarla o nos matarán.”

“¿Y qué haré con ella? Sólo tengo 13 años ¿Dónde la escondo?”

“Yo confío en ti. Nunca dejes que nadie la tenga.
Después de esto, el oráculo estará furioso, posiblemente no recuerde nada de esto después, y te encontrarán también. Olvidaremos todo.”

“¿De qué hablas? Debes recordarme para que te la dé cuando regreses. Y si yo no te recuerdo tampoco, entonces jamás la tendrás y todo será un desastre.”

“Tú y yo volveremos a encontrarnos.”

Haruto detuvo su búsqueda al sentir un fuerte brillo a su lado.

Su marioneta se encontraba recargada en el brazo de Jihoon, y ante él, brillaba con intensidad. La tomó de nuevo y en el acto se apagó.

OBEY - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora