OBEY - [HaruKyu]

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Antes de dormir Haruto le prestó ropa ligera, y mientras el mayor se cambiaba, se encargó de preparar su cama para Junkyu y llevar algunas almohadas y sábanas a su sofá para dormir ahí.

Aunque sería su oportunidad para dormir juntos, no lo haría. Haruto respetaba mucho a Junkyu, no sólo por ser su mayor ni por ser omega, Haruto lo amaba mucho, y jamás se atrevería a ofenderla o hacerle algo de alguna manera. Haría qué Junkyu se sintiera cómodo con él.

— Realmente puedo dormir en el sillón. — insistía Junkyu viendo a Haruto recoger algunas cosas. — No quiero causarte molestias, Ruto.

— No lo haces. — respondió con una sonrisa. — Vamos, yo puedo dormir en el sillón sin algún problema. — dijo acercándose para tomar sus manos. — Vamos.

— Vale. — respondió Junkyu dejando un beso en su mejilla. — Te quiero, Ruto.

Haruto no pudo evitar sonreír en grande. Junkyu no solía decirle eso muy a menudo, así que se sintió bien.

Aquella noche hubo una tormenta. Junkyu despertó en medio de ella al escuchar un relámpago.

Junkyu no tenía miedo de las tormentas, pero sabía que Haruto si.

Se levantó dirigiendo su mirada a la del más joven. Haruto estaba sentado sobre el sillón cubierto con la sabana qué lo abrigaba. Junkyu sonrió con ternura al verlo.

Bajó de la cama y fue hasta él tocando su brazo.

Haruto se descubrió y recibió un abrazo del mayor. Realmente no sabía por qué, pero Junkyu lograba calmar sus miedos. Haruto sentía que era capaz de hacer cualquier cosa por Junkyu, y si él estaba ahí, era fuerte ante todo.

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A la mañana siguiente, y bastante temprano, Yedam entró con apresuro a la habitación de Jihoon y Junkyu mientras sostenía su bola de cristal en manos.

— Esto es impresionante. — habló mientras abría las cortinas para que ambos despertaran.

Jihoon despertó un tanto molesto y cubriendose ante la luz del sol ¿Qué forma de despertar a su majestad era esa?

— ¿Qué sucede contigo? — preguntó fastidiado.

— Mi bola de cristal regresó. — dijo mostrando el objeto. — No tengo idea de lo que sucedió. Cuando desperté estaba ahí, a un lado de mi cama, como si la hubiese dejado ahí y jamás me hubiera dado cuenta, pero...

Yedam cayó al ver que faltaba Junkyu.

— ¿Y Junkyu?

— Oh, ¿No está? — preguntó con falsa sorpresa. — Vaya...

— ¿Dónde se metió? — preguntó confundido mirando en el armario y dentro del baño.

— ¿Enserio preguntas? — cuestionó alzando una ceja.

— No...

— No regresó a la habitación. Vaya, crecen tan rápido. — dijo con falso sentimiento.

— ¿De verdad están juntos? — preguntó sorprendido.

Jihoon asintió. Yedam se quedó pensando un momento hasta que vio que la cama de Junkyu era sobre la que Jihoon estaba, así que era obvio que Jihoon había hecho de las suyas.