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- Por aquí... - susurró Jihoon.

Después de dejar su carreta estacionada frente al albergue, se dirigieron al castillo llegando a la parte trasera, cerca de los basureros.

Jihoon los guiaba siendo que conocía una entrada cerca de ahí. Por aquel lugar era por el que cuando niño se escapaba para salir un momento del castillo.

Jihoon empezó a dar algunos pisotones buscando la puertilla. Los otros dos lo veían atento hasta que escucharon un sonido diferente entre cierta zona del sueldo.

Lo ayudaron a quitar la tierra encontrando finalmente la puertilla.

- ¿A dónde lleva esto? - preguntó Yoshinori sorprendido.

- Cuando los príncipes eran niños solían odiar estar tanto en el castillo. Había momentos en los que querían salir y quitarse el estrés de encima, así que a escondidas de sus padres dieron la orden de hacer esto. El príncipe omega cubrió la otra puertilla con rosales llenos de espinas, para que nadie más que ellos pidieran acercarse. - explicó mientras daba un vistazo dentro. - En los últimos años los rosales habrán crecido demasiado ¿tienen las pinzas? - preguntó extendiendo la mano.

Yoshinori le entregó lo dicho.

- Yedam parece saber mucho de los príncipes. - dijo Mashiho extrañado. - Porque él te dijo todo eso ¿no?

- Lo hizo. Yedam lo sabe porque cuando era niño venía junto a su padre, ya saben, el oráculo debía enseñarle a su sucesor. - respondió mientras entraba por aquel túnel.

Los tres bajaron cerrando la puertilla y empezaron a caminar encogiendose un poco por lo pequeño que era.

- Jihoon, creo que nos mientes. - habló Yoshinori. - Yo creo que tú conoces a los príncipes, y al igual que Yedam, no nos quieres decir nada sobre ellos. - dijo con cierto tono molesto. Yoshinori siempre había soñado con estar bajo las ordenes de ambos príncipes, y unirse a ellos para derrotar al régimen actual, así que estaba molesto por ello. Además, deseaba conocerlos. - ¿Cómo son ahora?

- No creo que deba responderte eso. - respondió Jihoon. - Si ellos no han querido mostrarse, por algo será.

- Concuerdo con Jihoon. Aunque los conociera ¿Cómo sabría como son ahora? Llevan seis años desaparecidos, ya son adultos ahora, debieron haber cambiado mucho. - habló Mashiho.

- Realmente han cambiado. - agregó Jihoon soltando una pequeña risa. - Pero tal vez siguen teniendo miedo.

- ¿Miedo? - preguntó Yoshinori.

- A no poder lograrlo, cuando niños a veces se preguntaban si algún día serían tan buenos gobernantes como sus padres. El oráculo decía que ambos tenían un futuro confuso y no decía más, sólo que ellos sabrían cuando... - Jihoon se quedó callado pensando en aquel día.

- ¿"Cuando" qué? - preguntó Mashiho.

- No lo sé. Eso es todo lo que decía. - respondió. - Llegamos. Síganme, sólo háganlo. No toquen nada y hagan todo lo que yo les diga ¿de acuerdo? - indicó. Los otros dos asintieron. - Vamos.

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Y finalmente llegaron al centro del pueblo. Ambos caminaron al kiosco donde todas las personas bailaban, compartían alimentos y convivían entre ellos.

Al frente y sobre el trono, estaba Jiang Maó. Era el lugar que le correspondía. Varios pueblerinos le llevaban ofrendas, como cosechas, joyas, etc.

OBEY - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora