Los contrincantes empezaron a acercarse. Los príncipes se separaron por primera vez en toda la pelea y empezaron a rodearlo. Empeñado sus espadas comenzaron a acercarse y cuando estuvieron a punto de atacar, Jiang Mao desapareció casi logrando que entre ambos se atacaran.
Los príncipes se miraron entre sí, viéndolo reaparecer detrás de Jihoon.
— ¡Jihoon, cuidado! — Junkyu hizo que su hermano se agachara antes de que Jiang Mao pudiera apuñalarlo.
— Está alterando la batalla. — habló Yedam. — ¡Va en contra de las reglas de nuestro reino! ¡No puede usar magia en una batalla por la corona!
Jiang Mao alzó su espada y con fuerza la dirigió hacia abajo contra quienes tenía ahí ahora. Jihoon uso su propia espada de escudo y Junkyu pudo levantarse. Interfirio en la defensa que oponían ambas espadas y logró volar la de Jiang Mao.
El usurpante volvió a desaparecer. El cielo se oscureció de un momento a otro.
— ¡Pelea! — gritó Jihoon. — ¡Aparecete y da la cara? — ambos se pudieron de espaldas juntándose mientras lo buscaban.
— ¿De verdad creen que algún día serán reyes? — ambos voltearon a todas partes sin poder encontrarlo. — Dense por vencidos ahora y vivirán.
— ¡No vamos a darte la corona!
— Ustedes lo pidieron.
Jiang Mao apareció en medio de ambos empeñado dos espadas y comenzando a luchar cara a cara con ellos. Comenzaba a aparecer y desaparecer en constantes ocasiones, los príncipes intentaba permanecer juntos, pero la irrupción del otro en medio de ambos dificultaba el que pudieran hacerlo.
— ¡No, no, no! — gritó Yedam. — ¡La gema, ¿Dónde está la gema?!
Asahi señaló a la gema cerca de donde estos luchaban. La gema había empezado a brillar, peor no de la manera en que debía hacerlo.
Un brillo oscuro empezó a surgir de la gema. Empezó a temblar.
El reino era más que un espacio de tierra y mano de obra. El reino tenía una esencia que descrita en la gema imponía reglas y límites. Hace años que la gema no estaba en manos de los príncipes, la tierra no era gobernada por la familia real, el faltó a la corona, la esclavitud al pueblo sometido y ahora la intervención de Jiang Mao.
Si el reino vivo no podía respetar sus ideales, no había más que sostener. La gema estaba lista para consumir al reino, empezando por quienes le habían fallado en los últimos 5 años: los príncipes.
— Yedam, hagamos un hechizo de contraresto. — dijo Roseanne volteando hacia el otro.
— ¿Qué? ¿No ves cómo están las cosas ya? —señaló el otro.
— Yedam, tenemos que evitar que se consuma el reino. Junkyu y Jihoon tienen que ganar y reclamar ante la gema su corona. No van a ganar si Jiang Mao sigue desobedeciendo las reglas del reino.
— ¿Qué nos garantiza que ellos van a ganar? Aún si lo hacemos, nada nos dice que ellos van a ganar. Jiang Mao es más fuerte que tú o que yo.
— Pero no es más fuerte que nosotros dos juntos. — Roseanne lo tomó de los hombros y con pequeñas lágrimas en los ojos habló. — Yedam, yo sabía que Jisoo iba a morir en el castillo, por eso fui con ella. Pero el destino está escrito ya y ella tenía que morir. — alzó la mirada por un par de segundos intentando tranquilizarse, al hacerlo, regresó su mirada al oráculo, quien empezaba a entender lo que quería decirle. — No vamos a intervenir para que los príncipes ganen, sinó que vamos a intervenir por una batalla justa, para salvar este reino. Si los príncipes ganan es porque así debía de ser, pero si no... No hay nada que podamos hacer.
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OBEY - [HaruKyu]
Fanfic«En medio de toda la sangre derramada un amor imposible nació entre un rebelde y el próximo heredero al trono» "-Si no puedo estar contigo, estaré a tus pies entonces." -HaruKyu -Omegaverse