—... Y Yoshinori no sabía que hacer. Se puso como loco cuando vio que había dado en el blanco. Mashiho y yo sólo nos reíamos de él, y Asahi era el único que intentaba poner orden pero creeme, no servía de nada. — dijo Haruto entre risas.
Junkyu lo acompañaba rumbo a las orillas del bosque para que pudiera regresar a su casa.
— Tus amigos parecen ser muy divertidos. — dijo Junkyu. — Mi hermano es muy bromista. Suele hacerme bromas constantemente; asustarme o esconder mis cosas. Siempre es divertido sobre todo cuando ya no puede ocultar que fue él quien lo ha hecho.
— Ahora que lo pienso, tú hermano y tú son excelentes en el combate. Personas como ustedes nos serían de gran ayuda en la resistencia. — dijo Haruto. — ¿Por qué no vienes conmigo? Te puedo mostrar todo y si te gusta creeme que serás bienvenido. Tú y tu hermano, los dos.
Junkyu sonrió mirando al césped que pisaba mientras caminaban.
— No puedo, Haruto. Y no me lo tomes a mal. Lo que hacen por el pueblo es hermoso, y me encantaría ayudar de alguna manera al pueblo también, pero no puedo. Tengo cosas que hacer. Mi hermano y yo tenemos otra manera de ayudar al pueblo. — respondió Junkyu. Sonrió regresando su mirada al menor.
— Hay algo raro en ti, algo que no entiendo. ¿Acaso hay algo que no me has dicho?
Junkyu asintió.
— ¿Y qué es?
Junkyu se encogió de hombros en respuesta aún con una sonrisa en su rostro.
— Todo estará bien, es lo único que debes tener en cuenta. — respondió.
— Realmente sólo haces que tenga aún más duda. Quiero saber con quién estoy hablando realmente. Quién me salvo la vida y con quién me volveré a encontrar. — Haruto se detuvo haciendo que Junkyu también se detuviera para escucharlo.
Junkyu sacó una caja del bolsillo de su abrigo.
La abrió dejando ver doce orificios que formaban un diamante. Tres de estos tenían una gema dentro. La primera era amarilla, la segunda era de color rosa, y la tercera de color verde.
— ¿Lo ves? — preguntó Junkyu.
Haruto se les quedó viendo sin entender a que se refería. Cuando quiso tocarlas, Junkyu cerró la caja guardandola consigo nuevamente.
— Faltan nueve, Haruto.
Haruto seguía sin entender. Y cómo podría entender si esto parecía una certijo incompleto.
— Necesito encontrar a las nueve gemas restantes.
— En la joyeria...
— No hablo de ese tipo de gemas. — interrumpió el mayor. — Habló de personas. ¿Tú eres una de las gemas que busco? No lo sé. A veces lo dudo. A veces estoy seguro.
Haruto se le quedó viendo un momento más. Esto le recordaba tanto a Yedam. Recordaba sus acertijos, y poco antes de desaparecer recordaba haberlo escuchado hablar de algo muy similar.
Doce elegidos que liberarían el reino. Doce gemas esparcidas en todo el reino que deberían ser reunidas antes de la coronación.
Y cuando Junkyu se decidió por decirle más, percibió un aroma que le resultó amenazante. Dos alfas estaban cerca. Dos alfas que jamás había percibido, y el aroma qué desprendían sólo lo puso en alerta al sentirlo demasiado fuerte. Y es que si la razón no era que estaban en celo, significaba que llevaban algo malo consigo y al ser quien los percibía era que por él iban.
Como omega sólo Junkyu los percibía. Haruto era un alfa, y aún demasiado joven como para percibir a otros alfas, de la misma manera, el aroma de los omegas también le era confuso y no tenía mucho efecto en él.
— Haruto... Vámonos... — susurró Junkyu mirando a su alrededor.
Haruto reconocía la reacción de Junkyu. Recordaba haber visto a Asahi así una vez cuando en pleno celo llamó la atención de otros alfas. Pero Junkyu no estaba en celo, así que había alfas al asecho.
Ambos siguieron su rumbo. Junkyu seguía mirando a su alrededor con miedo al no dejar de percibir el aroma. Haruto no podía ir demasiado rápido por la herida de la noche pasada, y eso más preocupaba al mayor, no podía hacer a Haruto ir más rápido porque podría lastimarse, pero tampoco podía seguir tan lento cuando lo estaban siguiendo y no sabía por qué.
Y pronto aquel aroma simplemente se fue.
Junkyu se detuvo.
— ¿Qué sucede? — preguntó Haruto.
— Ellos se fueron... Pero hay alguien más adelante. Creo que son tus amigos. — respondió. — Y... Mi hermano está cerca...
— Tu hermano está realmente enojado.
Ambos voltearon hacia atrás encontrando a Jihoon cruzado de brazos, y a sus espaldas en el suelo dos sujetos inconscientes.
— Sabes perfectamente que es un riesgo salir ahora. No podemos arriesgarnos. Sabes lo que está en juego. — habló Jihoon mirando a Junkyu.
Junkyu asintió, pero lo que sorprendió a Haruto fue que no agachó la cabeza en ningún momento como normalmente alguien arrepentido lo haría.
Para tener ese tipo de comportamiento tal vez serías de las clases altas o.... de la corona.
— Estos dos los estaban siguiendo. ¿Los conoces? — preguntó Jihoon a Haruto.
— No. — respondió Haruto. — No son de la zona donde vivo, así que tal vez nos seguían con un propósito diferente a sólo curiosidad.
— Tus amigos están cerca. — susurró Jihoon escuchando ya no muy lejos algunas voces. — Ve con ellos. Y hasta muy pronto, Watanabe Haruto.
Junkyu se despidió con una pequeña sonrisa mientras sacudía la mano.
Jihoon y Junkyu empezaron a caminar dejando ahí los cuerpos inconscientes de los otros dos.
Haruto no mintió del todo hace un momento cuando Jihoon le preguntó por aquellos dos. Ciertamente no los conocía, pero recordaba haberlos visto alguna vez cuando ayudaron a una familia a recuperar su parte de la herencia que les correspondía.
Si, esos dos eran de clases altas ¿Qué hacían ahí?
La única explicación que se le ocurrió fue que se sintieron atraídos por el aroma de Junkyu, pero esos dos se veían incluso más jóvenes que él. ¿Tendrían su alfa más desarrollado?
— En realidad la única explicación que se me ocurre es que uno de ellos podría ser el alfa destinado de Junkyu. Al percibirlo se sintió atraído y simplemente fue por él. Y el otro sólo lo acompañaba. — dijo Asahi mientras Yoshinori revisaba a los otros dos.
Después de encontrar a su amigo, llevaron a aquellos dos a casa para ayudarlos con el golpe qué habían recibido y los había dejado así.
— Ninguno de ellos es su alfa destinado. — habló Haruto.
— ¿Cómo lo sabes? — preguntó Mashiho.
— Sólo lo sé. No es ninguno de ellos. — respondió Haruto. — No puede ser alguno de ellos, simplemente no.
Haruto tomó sus cosas y se fue a recostar en el sillón. Estaba cansado por el camino.
"Haruto ¿estaba celoso?" era una posibilidad que Asahi no descartaba. Y si quería descubrir quienes eran esos dos, Haruto tal vez podría ayudar.
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OBEY - [HaruKyu]
Fanfiction«En medio de toda la sangre derramada un amor imposible nació entre un rebelde y el próximo heredero al trono» "-Si no puedo estar contigo, estaré a tus pies entonces." -HaruKyu -Omegaverse