OBEY - [HaruKyu]

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— ¿Estás seguro de lo que viste? — preguntó Yoshinori mirando atentamente al menor de los presentes.

Haruto asintió.

— Si es verdad lo que dices, planear un asalto al viejo granero será nuestra siguiente misión. — respondió Yoshinori sacando algunos mapas de aquella zona del reino.

— Es imposible lo que estás diciendo. — aquella que interrumpió era Lalisa Monaban, la jefa de la resistencia de aquella zona. — Los guardias atraparon ayer por la noche a uno de nuestros grupos.

Cuando Haruto les contó lo que había sucedido, Mashiho convocó a una reunión en el cuartel central con el resto de los rebeldes para que les contara lo que había visto.

— Por la noche uno de nuestros elementos improvisó uno de sus movimientos. Salió mal. La Guardia real fue tras él y los encontraron. Nuestros compañeros se dispersaron por todo el reino buscando uir, y la guardia real llamó al resto de los sectores vigilados para atraparlos. — explicó Jinhwan. — Yo estaba ahí, pero logré escapar.

— La guardia real no hubiese estado tan tranquila si tenían una oportunidad de atrapar a la resistencia. — dijo Junhoe tomando una de las joyas que Haruto había logrado tomar de aquel lugar. — Pero ¿Y si ellos no eran la guardia real?

Un silencio entero se formó en aquella habitación. Haruto no mentía porque traía pruebas, y Jinhwan tampoco mentía porque todos vieron aquello.

— ¿Viste algo más? — preguntó Asahi.

— Yo no. Pero estoy seguro de que Junkyu si ha visto algo más. Él fue quien me llevó a ese lugar. — respondió Haruto.

Lisa volteó con Yoshinori señalando a Haruto con la cabeza. No entendía quién era Junkyu.

— Es alguien que conoció hace como una semana. — respondió Yoshinori. — Pero sólo sabemos su nombre, y que tiene un hermano, Jihoon. No sabemos nada más. Dicen ser del reino vecino y algo más es que ayudaron a la familia del fabricante de armas cerca del centro, a cambio de dos manoplas.

— Pero para recogerlas similaron un asalto. — agregó Mashiho. — No parecen querer hacer daño, pero tampoco deberíamos de confiar en ellos.

— ¿Y por qué no? — preguntó Haruto alzando la voz. — Ellos nos ayudaron. Y si no hubiera sido por él...

— Si no hubiera sido por él ni siquiera te hubieras metido en problemas. — interrumpió Asahi. — Él quiere algo. Algo busca, estoy seguro.

Haruto se sentó molesto al no poder decir nada. No quería discutir con ellos.

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— ¿Por qué crees que es él? — preguntó Jihoon mirando a Junkyu que regaba sus plantas mientras tarareaba una melodía.

— No sólo creo que es él. Creo que son todos ellos. — respondió Junkyu. — Desde que vi a Haruto vi algo en él que me llamó la atención. Su manera de hablar me sorprendió. Te juro que cuando lo vi...

— ¿Te enamoraste del rebelde? — interrumpió el mayor con una sonrisa.

— ¿De qué hablas? — respondió dirigiendole mirada finalmente. — Sólo me llamó la atención, es un buen chico. Es tan divertido y a la vez tan terco. — dijo con una sonrisa mientras regresaba a lo suyo. — No me enamoré del rebelde Jihoon. Sé que no puedo hacerlo y además lo conozco de hace una semana ¿Cómo puedes creer eso?