👑

235 39 5
                                    

— ¿Listo? — Junkyu negó ante la pregunta del alfa. — ¡Empuja!

Y la carroza no tardó en moverse hasta que finalmente se fue cuesta abajo. Haruto abrazó a Junkyu intentando cubrirlo lo más posible para que no fuera lastimado ni en lo más mínimo.

Noa espero hasta que la carroza se estrelló y volvió a su forma humana corriendo en su auxilio.

— ¡Majestad! — gritó intentando visualizarlo s entre los escombros y la nube de polvo que se formó.

Haruto abrió los ojos viendo a Junkyu abrazarlo, quien aún no abría los ojos.

— Junkyu...

El príncipe abrió los ojos. El techo de la carroza estaba roto y podían salir.

— Vamos. — Haruto lo soltó y se acercó hasta el hueco para quitar algunos trozos de madera que estorbaban la salida.

👑

— ¿Y qué hay del oráculo? — preguntó uno de los guardias. — En el pueblo lo necesitan y usted también. Pasarán años antes de que surja otro.

Jiang Mao se levantó del trono y miró por la ventana al pueblo.

— Después de la ejecución de los príncipes, lo llevarán a una de las habitaciones de este reino. No podrá salir de ahí y sólo se le abrirá cuando yo lo necesite. — respondió el monarca. — Mañana, al iniciar la coronación, vayan por el príncipe omega y deshaganse de ese rebelde. Necesito asegurarme de que nada interferirá en mis planes.

— Señoría ¿Entonces por qué no los mata de una vez? — preguntó otro guardia.

— Su ejecución frente a todo el reino servirá para que nadie vuelva a intentar levantarse en armas. — respondió. — Mi reinado será tranquilo sin las gemas y con todos advertidos.

Los otros asintieron entendiendo sus indicaciones.

Jiang Mao se dio la vuelta y tomó de un pequeño cofre a la gema, la cual había tomado de la carpa de Jihoon cuando lo apresaron en la mina.

Regresó a la ventana y la alzó. La gema se tornó de un color rojo y en su interior podían escucharse sonidos de sufrimiento y de terror de los ciudadanos, mostrando así el futuro de ese reino.

👑

— Noa ¿Podrías adelantarte y ver cuanto nos falta para llegar? — pidió Junkyu caminando dentro de aquel túnel hacia los calabozos.

Noa obedeció y en su forma de cuervo se fue volando adelantándose al camino para ver cuanto faltaba.

Haruto caminaba detrás de Junkyu con un trapo húmedo sobre su labio por el golpe del príncipe de hace un rato.

— Ruto... Perdón por los golpes... Y lo que te dije... — susurró el príncipe volteando hacia él mientras caminaba de espaldas.

— Te vas a caer si sigues caminando así. — Haruto se adelantó a caminar a su lado para evitar que no tuviera que voltear a verlo de esa manera. Junkyu volvió a su posición original y esperó una respuesta de Haruto. — ¿Sabes? También me enojaría si alguien hubiera puesto en peligro a mis amigos. — sonrió y tomó su mano. — Vamos, demonos prisa porque tenemos que liberar a los presos, los rebeldes y a las gemas.

— ¡Majestad, corran, ya encontré el final del túnel! — gritó Noa desde ni muy lejos.

Junkyu asintió y ambos empezaron a correr tomados de la mano.

OBEY - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora