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— Tenemos que irnos... — susurró Haruto.

— Mi hermano, Haruto... ¡Mi hermano está ahí adentro...! — gritó Junkyu negandose a escapar, debían ir al castillo.

— Primero tenemos que salir de aquí, Junkyu. — respondió tirando de su mano.

Ambos corrieron hasta refugiarse detrás de una mesilla. Vieron a los caballos salir mientras algunos de los guardias se iban liderados por Jiang Mao.

Corrieron al siguiente escondite cubriendose de las llamas que empezaban a surgir por los destrozos.

Aquellos guardias empezaron a incendiar los pequeños negocios que los pueblerinos habían puesto para compartir junto a los demás.

— Haruto...

Al mencionado no le dio tiempo de voltear, cuando Junkyu lo empujó lejos, pues uno de los guardias estuvo a punto de golpearlo al caer sobre él.

Haruto regresó por Junkyu, y tomados de la mano empezaron a correr hacia la salida más cercana.

Pero al salir fueron separados, cuando uno de los guardias pasó entre ellos haciendo que soltaran su agarre. Haruto logró salir por el impulso que había tomado, pero Junkyu cayó lejos adentrandose nuevamente.

— ¡Junkyu! — gritó al intentar regresar, pero las llamas se prolongaron impidiendoselo.

— ¡Haruto! — llamó Junghwan corriendo junto a Junhoe y Jinhwan hacia él.

— Junkyu está dentro.... — señaló Haruto.

— ¿Junkyu, qué? — Haruto volteó encontrando a Jihoon junto a Yoshinori y Mashiho.

— Está dentro... — repitió Haruto nuevamente.

Jihoon miró con desesperación a todas partes hasta ver un árbol con el tronco torcido.

Jihoon tomó el arco de Mashiho y le entregó el mapa a Yoshinori.

— Ven conmigo. — dijo mirando a Haruto. Haruto no lo pensó dos veces y sólo lo siguió sin hacer ninguna pregunta. El resto corrieron hacia uno de los callejones antes de ser vistos.

Dentro del lugar, Junkyu se ponía de pie con un fuerte mareo por el golpe recibido.

Frente a él uno de lo guardias lo señalaba con su espada.

— Vas a venir conmigo... De una forma o de otra... — indicó extendiendo su mano.

Junkyu sonrió volando su espada de una patada.

— Yo creo que no. — respondió encargandose de cubrir bien su rostro. Nadie debía verlo.

— ¿Realmente un omega se atreve a retar a un alfa? Sabes que saldrás perdiendo. Seré gentil, sólo ven. — habló nuevamente.

— La verdad, mi novio se enojará si hago eso. Así que no lo haré. — respondió. — Y aunque no lo tuviera, no quiero hacerlo.

— Debes ser nuevo en estos lares, de lo contrario sabrías que en este pueblo se hacen las cosas a nuestra manera. — aquel guardia se acercó hacia Junkyu, quién sorpresivamente ni se inmutó ante sus palabras o sus acciones. Tomó su mano, y Junkyu inmediatamente se soltó.

— ¡No, es no! — gritó Junkyu.

— Bien....

Junkyu tomó un palo de madera para defenderse, mientras que el otro lucharia a mano libre.

OBEY - [HaruKyu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora