𝐁𝐄𝐁𝐄 |「𝐌𝐈𝐂𝐇𝐀𝐄𝐍𝐆」

「 Dentista 」

Las dos pequeñas estaban sentadas en la sala de espera del dentista, específicamente en una pequeña área para que esta poseía. Mina tenía a Chaeyoung en sus piernas mientras jugaban el típico juego de manos llamado " Pikachu " un intento de distracción para evitar que la pequeña lobita se pusiera nerviosa en su cita con los niños dentista. 

La semana pasada Chaeyoung se había estado quejando por un dolor en la muela, y después de que la mamá de Mina la revisará se dio cuenta de que tenía una caries, al principio costó llegar al dentista, pero después de que llegara Mina todo  fue más fácil.

— Minari, a ti ya se te cayeron todos los dientes ? – preguntó con los dedos de las manos contrarias.

— Nop, me falta un colmillo creo

— Cuando se ta va a caer ?

— No sé

Hubo silencio durante unos segundos. 

— Minari

— Dime

— Mí mami dice que lo que me van a hacer duele – hizo un puchero

— No tengas miedo, seguro no duele nada

De un pronto a otro las mejillas de la menor se tornaron de un color carmesí, la pequeña escondió  su carita en el pecho de su unnie.

— Qué pasa, Chae ?

— É–el nos está viendo...

Mina recorrió el lugar con la mirada encontrándose con un joven que las miraba con ojos penetrantes desde el otro lado de la sala, desgraciadamente no pudo hacer nada, ya que habían llamado a Chaeyoung para que  pasara al consultorio.

— ¿ Son Chaeyoung ? – la secretaria nombró a la siguiente, Chaeyoung.

La pequeña hizo un mohín al ver que su mamá caminaba hacía ella y Mina. 

— Vamos, Chaeyoung – la mujer levantó a Chaeyoung del brazo con algo de brusquedad.

— U–unnie...

— Se valiente no te va a doler

La pequeña y su mamá caminaron hacia la secretaria para que les indicara a cuál de los tres consultorios iban a entrar. Mina se sentó en una de las sillas de espera y suspiró aburrida.

Después de una media hora de espera, por fin Mina salió del consultorio. Sus ojitos estaban llorosos y sus labios formaban un puchero, inmediatamente ella corrió hacia Mina.

— Minari unnie, sí duele – se abrazo a las piernas de la pequeña rubia.

— Está bien, está bien, ya se te va a pasar – acarició la espalda de la menor con dulzura.

De camino a casa Chaeyoung iba abrazada a la pierna de su unnie aún con un poco de dolor en sus muelitas. La mamá de Chaeyoung iba viéndolas con algo de severidad, pero nada que Mina no pudiera manejar.

Llegaron a casa de los Myoui, donde la señora saludo a todas con una dulce sonrisa y un abrazo, que como siempre, Chaeyoung rechazó.

— ¡ Adiós, Chae ! – sacudió su manita de manera de despedida.

— Adiós Minari – la señora Son le dio una pequeña palmadita en la mano para que se despidiera – A–adiós señora M–myoui

— Adiós Chaeyoung – sonrió con dulzura. 

La puerta se cerró y Mina se sentó en el sofá de la sala. Sólo esperaba que a Chaeyoung ya no le doliera, no soportaba verla sufrir.