𝐁𝐄𝐁𝐄 |「𝐌𝐈𝐂𝐇𝐀𝐄𝐍𝐆」

「 ¿ Kimchi ? 」

La pequeña Chaeyoung había tenido un día perfecto en la escuela; Sin cambios repentinos, una buena nota en la tarea de matemáticas, la terapeuta del colegio no la pasó a buscar en media clase de inglés, se fue con Mina a casa y se divirtieron en el camino.

Todo estaba perfecto hasta que las dos niñas llegaron a casa de la señora Son, y no vieron al pequeño Kimchi por ningún lado. Normalmente, cuando regresaban de la escuela el pequeño animalito corría a saludar, pero no lo hizo.

Las dos niñas y la mujer buscaron a su amigo peludo por toda la casa, pero llegaron a la conclusión de que se había escapado, y Chaeyoung estaba muy triste. 

— K–Kimchi – lloraba la pequeña en los brazos de la rubia.

— Lo vamos a encontrar, no te preocupes

— P–por qué se fue

— Seguro quería jugar, ya verás que lo verás ya casi – limpió las lágrimas de la pequeña con sus pulgares.

— L–lo puede arrollar un c–ca–carro – la pequeña lloró con aún más intensidad al pensar en esa posibilidad – En la calle no tiene nada de comer...

— Chaeyoung, cariño, tranquila que pronto lo traerán a casa. Los vecinos saben que es nuestro.

Nada de lo que decían ayudaba a calmar a la pequeña tigre, sus ojitos estaban rojos de tanto llorar y no es mucho decir que el uniforme de Mina estaba lleno de lágrimas y... mocos. Por suerte, a la de cabellos claros se le ocurrió una perfecta idea.

— Mamá de Chaeyoung, ¿ podemos ir a dar vueltas por el vecindario ? Tal vez lo veamos por ahi

— Excelente idea, Mina, claro que pueden ir – la mujer abrió su laptop – Mientras ustedes lo buscan por acá cerca, yo voy a publicar la foto en Facebook

— Gracias ! Vamos por tu abrigo, Chae

Mina le colocó un sueter color rosa con una frase - probablemente - sin sentido en el medio y secó sus empapadas mejillas. 

— Toma un pañuelo

— Gracias...

— De nada – la pequeña se sonó la nariz aún sollozando – Estoy seguro de que debe estar por aquí cerca, ok ?  Lo vamos a traer a casa

— S–sí

La pequeña muñequita tomó la mano de la triste bebé y salieron de la casa, con esperanzas de encontrar al travieso peludo.

🥀

Las dos pequeñas iban pasando por la casa de unas vecinas bastante amigables, Taeyeon y Tiffany eran dos mujeres casadas que cuidaban a los niños del vecindario, incluyendo a Chaeyoung.

Taeyeon, una de ellas, estaba en el jardín cuando vio pasar a las dos niñas.  Inmediatamente se preocupó por los ojitos llorosos de la bebé de cabellos azabaches.

— Niñas, ¿ qué sucede ?

— Chaeyoung no encuentra a su perrito, Kimchi – puso sus manos en la cerca y se puso de puntilla para hablar más cómodamente con la mujer – Ya sabes, gordito, peludo, husky, como del tamaño de Chaeyoung...

— Oh, lo siento, no lo he visto

— Sí lo ves, la señora Son está en casa – le sonrió a la mujer castaña.

— Adiós niñas, siento mucho lo de tu perrito, linda

— Chae, di adiós y gracias

— A–adiós y gracias

— No es nada

Las dos niñas retomaron su camino en busca de Kimchi, pero no estaban teniendo mucho éxito. Fue entonces cuando vieron que un basurero se sacudía.

— Por qué el basurero se está moviendo, Minari ? Los basureros no se mueven, no están vivos

— Vamos a ver – las dos niñas se asomaron, Chaeyoung poniéndose de puntillas, sorprendiendose al ver al perrito que buscaban intentando abrir una bolsa. 

— ¡ Minari, Minari, Minari, Minari ! Sacalo, sacalo, sacalo, sacalo, sacalo !

— ¡ Voy, voy ! Déjame ver como lo saco sin que me aplaste

— Rápido, rápido, rápido... – Mina agarró la carita entre sus manos y la apretó con suavidad callandola.

— Chae, cierra el pico

— Perdón

— Está bien, solo no te desesperes

Después de unos minutos intentando sacarlo, decidieron volcar el cesto de basura, logrando que el perrito saliera. Chaeyoung lo cargó con algo de dificultad y lo abrazó con fuerza.

— Kimchi !

— Vamos, tenemos que decirle a tu mamá que ya lo encontramos

Mina cargo al perrito con un brazo y con su mano libre tomo la de la pequeña. El perro pesaba mucho, pero Mina sabía que Chaeyoung le gusta ir de mano.

El resto del día paso con una feliz bebé y su perrito. Obviamente que Mina y la pequeña se a pasaron jugando con una bola de pelos, les había hecho mucha falta.