Epílogo 11

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La lluvia abrumaba el día de hoy, una tormenta había llegado desde ayer, haciendo que las actividades cotidianas de la albina fueran difíciles de realizar.

Caminaba por las calles húmedas, sosteniendo su paraguas, que algunas veces era doblado por la fuerte brisa que venia en algunas ocasiones, ese mismo viento que sonaba como si estuviera silbando en los oídos de Nene.

Iba regresando de la universidad, hoy al igual que unos pocos días atrás, tuvo que regresar en autobús, en completa soledad.

Su corazón se partía en pedazos de solo pensar que fue abandonada, sin siquiera haber conversado, la persona que tanto hacia falta a su lado, se marcho sin decir palabra alguna.

Cuando hablo con los demás chicos sobre la ausencia de su pareja, estos se quedaron sin palabras.

Ese día regreso a la casa que compartía con la castaña, echándose a llorar en la cama, su tristeza oprimía su pecho haciendo que respirar fuera cansado, la frustración la comía y la duda solo crecía, sin obtener la explicación que tanto quería.

A las horas recibió una llamada de su amigo, Mitsuba la llamo por la madrugada, avisándole que no se preocupara por Mei, que ella se encontraba bien, diciéndole que la castaña se quería alejar unos días de ella, y que solo tendría que esperar.

Pero ya habían pasado algunos días desde esa llamada, necesitaba ver a la castaña de una vez por todas, necesitaba que aclarara sus dudas.

Cada vez que el timbre de la puerta era tocado, sus esperanzas se elevaban esperando que fuera la chica de ojos zafiro que tanto amaba.

Cuando salia de la universidad deseaba ver el carro de la alfa estacionado enfrente, esperándola para ir juntas casa, tener una conversación tranquila, y que le explicara que es lo que había pasado.

Pero pronto esas esperanzas cayeron, cada vez que le insistía e imploraba al peli rosa, siempre evadia el tema, últimamente se había alejado mucho de su grupo de amigos.

— Mei-chan... — murmuró para si misma, mirando el atardecer apenas visible por las nubes.

Llego a su hogar, limpiando un poco sus zapatos llenos de lodo antes de entrar, cerrando su paraguas, entro a la casa, quitándose sus zapatos para después dejarlos hacia un lado de la puerta junto con su paraguas, lanzo su bolso al sofá y sin pensar subió al segundo piso.

Entro a la habitación que compartía con la castaña, camino hacia la cama y se sentó en la orilla de esta, su mirada caía, perdiéndose en el suelo.

Su vista se enfoco en su mano, mirando el anillo de pareja que hace unos pocos años obtuvo, suspiro pesado, deslizo lentamente el anillo de su dedo apreciandolo por unos segundos mas antes de guardarlo.

Estaba apunto de guardarlo en el cajón de aun lado pero este estaba cerrado — ¿Que...? — trato de abrirlo bruscamente para verificar si solo estaba atorado — ¿P-porque esta cerrado? —

Se levanto rápido y se dirigió al closet, buscando las llaves del cajón, las tomo y volvió hacia este, curiosa coloco las llaves y abrió el misterioso cajón.

Lo deslizo de golpe — ¿Eh? — visualizo a primera vista una cajita, era de terciopelo por lo visto — Espera...esto es...no — la abrió para responder sus dudas, y efectivamente lo era.

— ...Un anillo de compromiso — no la dejaron asimilarlo ya que el timbre de la puerta había sido tocado, dejo la cajita arriba de la mesita y después fue con pasos rápidos a atender la puerta.

Quito el candado y seguido la abrió, quedando congelada al ver a la tan esperada persona frente a ella.

— Este...hola Nene-chan —

¿Podrías Llegar A Amarme? [Amane X Tsukasa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora