¿Podrías Llegar A Amarme? [Amane X Tsukasa]

Epílogo 4

— A-Amane... — soltó un gemido de dolor, alertando al alfa, que enseguida se acerco al omega.

— ¿Estas bien? — tomo al menor de la cintura, el cual estaba abrazando su vientre por el repentino dolor.

— ¿Tsukasa...? — espero una respuesta, pero en lugar de eso el reciente mencionado tomo la mano del alfa y la guió hacia su vientre, el mayor lo miro confundido, pero después de unos segundos sintió un movimiento.

Sus ojos amanecer brillaron al sentir por primera vez a su o sus retoños moverse, acaricio el vientre sintiendo de nuevo un pequeño golpe.

Salio de su burbuja al escuchar un quejido por parte de Tsukasa, volteo su mirada a el y noto una mueca por parte del omega, haciendo notar su dolor.

— ¿Te duele mucho? —

— Si, es algo doloroso —

Amane sonrió y siguió acariciando el vientre de Tsukasa — Ya, ya, no causen problemas — empezó a soltar sus fermonas buscando calmar a los cachorros inquietos.

Muy pronto se calmaron y el dolor desapareció.

— ¿Era la primera vez? — pregunto el mayor, como respuesta el menor solo ladeo su cabeza, sin saber a lo que se refería con esa pregunta.

— ¿Eh...? ¿como...? — Amane río al ver la cara confundida del omega — Me refiero a que si es la primera vez que se mueven —

— Ah eso, si, es la primera vez que se mueven ¿¡porque crees que reaccione así!? ~  — menciono formando un puchero en sus labios, dando pequeños golpes en el hombro de Amane.

— ¡Si ya entendí! — el mayor solo se carcajeaba por la actitud de Tsukasa, era adorable verlo así.

— ¡A-ay! — chillo el omega al sentir otra patadita de su retoño — ¿Ya viste? No les gusta que me golpees —

— ¡No te rías! ¿no ves que me duele? —

— Ya~ no te enojes, solo estaba jugando — se acerco, y dejo un beso en su frente, para después revolver sus cabellos, era un desgraciado, sabia que eso hacia enojar al omega, sabia que eso era para molestarlo mas.

— Vamos a cenar, después se hará mas tarde —

Hizo bufar al omega, quien acomodo sus cabellos y después fue detrás del alfa que ya se encontraba en la cocina.

— ¿Quieres que yo te sirva? — dijo volteando a ver a Tsukasa, pero cuando miro, el omega ya estaba acomodado en la mesa con una sonrisa, eso era un si.

Ambos cenaron cómodamente, hablando una que otra cosa de lo que habían echo hoy, sin faltar las preguntas obsesivas de Tsukasa, que ya había pasado un buen tiempo desde que había echo ese tipo de preguntas.

El mayor se encontraba lavando los platos, ya era algo tarde, sus párpados le pesaban algo, después de todo hoy se había despertado mas temprano que días anteriores.