Día 25

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Mirándose a los ojos
Temática: Adolescentes
Personajes:
-- Mono 14 años
-- Seven 15 años

[Temas delicados, no sufran, tiene final feliz, poema del coco que me salio, perdonad si es feo el capítulo]

Pobre niño aislado
Que solo esta
Depresivo en la vida
No tiene con quien luchar
Mirada en el suelo.

Su corazón latiendo lento esta
Mirando a su ventana
Ve a los niños jugar
Entre ellos destaca
Uno en particular.

Ese tierno niño de mirada escondida
Nota que alguien lo mira
Buscando esta,
Aquella mirada tan solitaria.

Pobre niño encerrado
Quiere salir
Cuando sus ojos se encuentran
Curiosidad nací alli.

Seven se propuso que debía salvar a ese niño, ¿qué problema tendría?, penso y pensó, pero solo rumores escucho, era un niño que lo perdió todo a tan temprana edad, lloraba en las noches encerrado en su hogar.

Todos los días Seven notaba como ese pequeño lo miraba, quería saber más de porque su mirada era tan fría.

Saliendo temprano de su casa se dirigió hacia la del pequeño escondido, lo escuchó jugar en el jardín, tocando la puerta espero a que el otro le abriera.

La puerta fue abierta por un niño más bajo que Seven, ojos preciosos color gris, rostro de porcelana.

-- ¡Hola!, soy Seven tu vecino de a lado y quería saber si puedo jugar contigo -- Mono quería rechazar pero sabía de alguna manera que iba a insistir.

-- no tengo nada interesante que mostrarte -- agachó la mirada al suelo.

-- ¡No digas eso!, ¡Tus ojos son geniales! -- sonrio, sin darse cuenta de lo que dijo.

-- ¿en serio? -- Abrio un poco más la puerta, notando lo iluminado que estaba. -- pasa, tal vez podamos jugar con mi consola -- la casa tenía un aroma típico hogareño.

Mono con vergüenza y nerviosismo se movía de un lado a otro, apenas encendió la TV, Seven noto, la televisión estaba en blanco y negro.

-- ¿por qué la televisión está así? -- Mono sonrio con pesar.

-- No puedo distinguir los colores, mi tía lo configuró por eso, aunque igual me es difícil ver --

-- oh, no te preocupes, ¿dime y tus padres? -- vaya mala selección de palabras, Mono apretó el control remoto.

-- Ellos... están de viaje.... solo que no volverán -- A sus 14 años cayó en ese vacío emocional llamado depresión, aislándose del mundo.

-- Oh, lo lamento, ¡Juguemos! -- La energía de Seven era increíble, dicho niño de ojos escondidos lograba hacer que Mono se desplejara de todos sus dolores.

Ese niño atrevido
Logro calmar
A esa ansiedad que lo consumía
La depresión solo cayó en su sueño.

Hasta que un día volvió a despertar.

Mono luchaba con parar su sangrado, sus muñecas temidas de rojo carmesí, gimiendo de dolor, era un inútil, tonto, bueno para nada, por su culpa sus padres se murieron.

La puerta era golpeada con fuerza, Seven logró derribar la puerta del baño a patadas, cuando vio a Mono ocultándose como perro asustado detrás del lavamanos, no sabía cómo reaccionar, la sangre tiñendo el piso y las manos de sus amigos.

-- ¡Mono! -- solo lo abrazo. -- todo estará bien... -- ese pequeño sintió sus ojos llenarse de lágrimas.

-- ¡No está bien nada!,¡por mi culpa murieron!,¡soy un maldito inútil! -- lloro en el hombro de su amigo, su único amigo.

Seven lo agarro de las mejillas y limpio las lágrimas con su pulgar, uniendo sus frentes para mirarse a los ojos.

-- No eres un inútil, eres el chico más genial que conozco, no tienes la culpa de nada -- Mono solo miraba esos ojos que antes se ocultaban con el cabello de Seven.

-- Pero...

-- Pero nada, la gente muere, pero sabes que no tienes la culpa, eres un niño hermoso, mi niño hermoso, y me tienes a mi, a mi familia y a tu tía, no estás solo, ya no lo estás -- seguía acariciando las mejillas de Mono.

Seven levantó en estilo nupcial a Mono, ya que estaba débil por la pérdida de sangre, corrió a su casa para decirle a su madre que lo ayude, esa mujer curó a Mono, su único hijo varón no se separó de ese niño que descansaba en su sofá.

-- tranquilo Mono, estoy para ti -- Seven amaba a Mono, sus ojos, sus hoyuelos, su forma tímida de ser.

Esa misma noche Monroe despertó, era todo oscuro, algo sostenía su mano, miro bien y era Seven que veía la televisión.

-- ¿Seven? -- cuando escucho su voz, sonrio.

-- ya despertaste -- se giró para verlo, acaricio sus mejillas y lo miro a los ojos, esos ojos tan extraños pero atrayentes.

-- Uhm, quiero tomar una ducha, apesto a sangre --

-- apestamos, vamos, te bañaras primero tú y luego yo -- Mono nego con timidez.

-- No quiero estar solo, por favor -- ese día Seven se baño en ropa Interior y cuido lo mejor que pudo a su pequeño Mono.

Nunca estarás lo suficientemente solo en esta vida.

Más de 30 Días Shipp [Mono x Seven]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora