- ¿De nuevo esto, ____?- Soltó la mayor con una casi imperceptible molestia y expresando su frustración tomándose el puente de la nariz con los dedos.
Oh, pero claro qué ella lo estaba, kilómetros hacían de sobra para darse cuenta de qué su novia se encontraba demasiado molesta.
Y no era la primera vez qué pasaba ni acaso la última, ____ lo sabía a la perfección.
La mayoría de los noches, ____ no lograba conciliar el sueño de ninguna forma existente; el insomnio la consumía cada día más. Lo que la llevó a estar a altas horas de la madrugada en algún lugar recondito del cuartel tomando el tiempo para un exhausto entrenamiento en solitario.
Sin embargo, con el pasar de los propios días, rápidamente la misma fue descubierta por su amada, al claramente, sentir su ausencia en la habitación.
A Hange no le pareció en lo absoluto despertarse sin nadie a su lado siendo tan tarde, y mucho menos darse cuenta qué la menor no lo hacía por el hecho de estar entrenando.
Habrán pasado diversas ocasiones desde qué la descubrió, al principio, lo tomó con calma, si bien, entendía los problemas de sueño que tenía su novia que, cuando la encontraba así, la hacía volver a la cama háblandole con cariño.
Después, siendo la preocupación persistente en la cabeza de la castaña mayor por ésta y su descuido de su salud por su mal descanso, empezó a tómarselo con gravedad, haciendo que incluso llegara a tirar del cuerpo de la menor para llévarsela devuelta a la habitación.
- Sí... De nuevo estoy aquí.- Respondió luego de observar a Hange, quién se encontraba al pie de la puerta del cuartucho qué ____ usaba para sus entrenamientos nocturnos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La mayor suspiró.
— Realmente no puedo creer qué sigas haciendo esto.- Soltó.
— Sabes qué no puedo evitarlo, el sueño no es mi mejor aliado.
— Losé, pero me preocupa tu salud, no estás descansando correctamente y le exiges mucho más a tu cuerpo de lo qué puede soportar.
____ dejó de realizar sus movimientos con las tiras de madera qué llevaba en ambas manos, las cuales simulaban las espadas del equipo de maniobras.
— Puedes ir a dormir tú, mañana será un—...
— No.- Interrumpió Hange.- Te vienes tú conmigo a dormir justo ahora también.
— No lo necesito.- Respondió la menor con cansancio de la misma situación una y otra vez.
— No me importa.
La castaña más alta se acercó a ____ para tomarla de los hombros y apartar las tiras de madera qué ésta aún sujetaba, tirándolas al suelo.
— ¡Hange! Quiero seguir aquí.
— Y yo quiero qué vengas a la cama conmigo.
____ bufó.
— No tienes idea de cuánto detesto despertar sola en la habitación por las mañanas. Y horas después apenas escucharte tomar una ducha por estar ejércitandote.- Finalizó su novia.
No pasaron más segundos cuando Hange tomó del brazo de la menor para tirar de él llévandola consigo hacia la habitación y una vez dentro, cerrar la puerta.
La más alta creyendo qué su novia finalmente se había rendido ante ello, la soltó, dispuesta a acomodar las sábanas de la cama para por fin irse a dormir junto a ella.
Sin embargo, no esperó que la castaña de menor estatura se diera media vuelta dirigiéndose a la puerta sin más.
— Bien, me voy.
— De ninguna manera, ____.
Hange rápidamente se adelantó a ella colocando su brazo de por medio impidiéndole pasar a la salida.
____ trató, de hecho, de siquiera mover el cuerpo de su novia sin claro, ningún éxito. No tanto siendo la razón de su fuerza, si no el que Hange era más alta qué ella misma.
— Me niego a hacerlo por la fuerza pero si vuelves allí, iré a por Levi y no me opondré a qué él te deje en el suelo noqueada.
____, sin mucho por detrás, entendió la mirada tan sincera y retadora qué le daba la mayor; qué ¡oh! pero por supuesto qué ella no quería ser noqueada por el capitán en medio de la noche.
Entonces tomó una postura de rendición.
— Bien, me quedaré.
— Vaya suerte, por un momento creí qué debía noquearte yo misma.
____ tragó fuerte dándose la vuelta para ir a la cama siendo seguida por su tan amada castaña, quién no tardó en rodearla con sus brazos desde atrás atrayéndola hacia ella.
— Sabía qué lo harías.- Musitó sobre el hombro de la menor.
Una vez ya dentro de la cama, pasados unos cuántos minutos, Hange sentía dejarse vencer por el cansancio del día.
Por otro lado, por la mente de ____, se preguntaba si realmente debía quedarse a dormir o escaparse de la habitación para volver a su silencioso entrenamiento.
La respiración tan tranquila y calma de la mayor se hizo presente, indicando qué estaba más que dormida, y en un intento débil y vago, bastante por cierto, se removió con lentitud en la cama y en ello acariciando el brazo tan cercano de la mujer a lado de ella.
— Ni lo intentes.
La voz completamente adormilada de su novia sonó con una delicada firmeza. ____ río para sus adentros con una dulce sonrisa en su rostro.
Quizá después de todo, y por sobre ello, lo que realmente ella necesitaba no era entrenar, si no más bien dormir junto a la persona qué más amaba en el planeta, disfrutando de la compañía mutua y la calidez corporal qué ella le proporcionaba.
La menor sin mayor esfuerzo se acomodó mejor dentro de los brazos de su novia que rodeaban su cuerpo, tomando de igual forma una de sus manos con la suya, entrelazándolas con suavidad, con el fin de apegarse más a su cuerpo.
La leve sonrisa tan dulce anterior no se desvaneció de su rostro con el tan poco pasar del tiempo, quedando así rendida ante el propio sueño y el cariño de su amada.