Atento aviso: La obra de parte única Tease, Mikasa Ackerman está disponible en el perfil. Además, ¡la nueva obra de Utahime Iori de Jujutsu Kaisen, lo estará ésta noche!
advertencia: angustia, descripción de muerte.
Annie sentía la cálidez de tu pequeña mano siendo entrelazada tímidamente con la de ella, como si sus propios dedos ansiaran conectarse con los tuyos.
Ella te miraba por el rabillo del ojo, también deseando que tu mirada se encontrara con la suya, demasiado consciente de ello como para negarlo, pero tú veías el césped verdoso en el que estabas sentada.
Tirando con tu otra mano un puñado de él, arrancándolo en un intento de hacer menos visible que eras un manojo de nervios.
La cercanía de Annie hacía que los latidos de tu corazón fuesen más rápidos y también hacía presente un bonito sonrojo en tu avergonzado rostro.
La rubia y tú prácticamente se conocían desde que tenían memoria, háciendose cada vez más cercanas conforme ambas crecían en un ambiente de guerra estallada. Formándose como guerreras de Marley.
Y ahora estaban en la gran misión en la isla de los demonios para la que se vieron obligadas a prepararse durante un largo camino.
Todos sus temores, la ansiedad y angustia cada día haciéndose presente en ustedes. Aquello siendo combatido únicamente porque se tenían.
Estabas enamorada de Annie, como ella lo estaba de ti. Nunca alzando la voz acerca de ello, pero aún ambas sabiéndolo en sus corazones y en los delicados gestos que ambas se compartían, justo como ahora.
Ella proporcionándote la seguridad que ella ansiaba tener también, aunque sólo haciéndolo por ser tú.
Sin embargo, todo había pasado rápido.
Parpadeando medio de segundo en el que se perdía en sus sentimientos, repentinamente sintiendo el miedo y dirigiendo su mirada hacia ti sólo para ver como un enorme titán estaba apunto de devorarte.
Tal como por el mismo rabillo del ojo en el que te veía hace tan sólo minutos, ahora veía a Marcel en la boca de otro de aquellos seres.
Su expresión refrescaba lo aterrorizada que estaba, sólo mirando tu mano que había sido tirada de la suya cuando el titán apretaba los dientes contra tu cuerpo ahora devorado por el mismo, extrañando la cálidez que habías emanado en su palma.
Aturdida, escuchó la voz helada que salía de Reiner gritar. Sujetando su antebrazo y levantándola, Annie corrió detrás de el rubio, sin siquiera saber ahora porqué lo hacía.
No analizando sí estaba congelada dentro de sí como para asimilar que segundos atrás acababas de ser devorada frente suyo o ella tampoco haciendo nada para salvarte de tu horrible destino.