— ¡Pieck! ¡Pieck!
Las llamas tan fogosas y vivas como la castaña nunca las había visto creándose al momento en el que el enemigo lanzaba sus armas explosivas al titán de su novia, atacándola con brutalidad dentro de una estrategia bien planeada.
— ¡____! — gritó con dolor a la par que volaba por los aires entre un alto edificio para luego caer al suelo de la devastadora calle.
— ¡Pieck! — la menor devolvió el grito, corriendo hasta donde la azabache se encontraba, su titán destrozado siendo lo primero en divisar.
— ¡____, vuelve aquí! — ordenó en los próximos pasos el comandante Magath, mirándola irse hasta donde su chica se encontraba derrotada; Falco siguiéndole el paso preocupado — ¡Falco!
Ambos haciendo caso omiso a los llamados del comandante para quedarse en una zona en la que estuvieran a salvo, aunque éste dudando realmente de si existía un lugar en el que pudiesen resguardarse cómodamente en la batalla.
— ¡Pieck! — volvió a llamar la soldado en un intento de recibir señal alguna de que la azabache se encontraba bien.
Los sonidos de los ganchos siendo disparados por los demonios que se trasladaban por las alturas escuchándose cerca, el caos desatado en el fondo de ello.
Entonces ella levantando la cabeza hacia el más cercano, un hombre castaño con semblante decidido a acabar con la vida de su amada. Sus miradas manteniéndose un par de segundos, inevitablemente la castaña dejando reflejar su desesperación y angustia en sus orbes al mirarlo.
Una súplica silenciosa que se quedaba atascada en lo profundo de su garganta, pero encontrando voz mediante al pequeño rubio a su lado que gritaba todo lo que ella quería decir.
— ¡Deténganse, porfavor! ¡Basta! — chilló Falco junto a ella, éste al borde de las lágrimas, poniendo sus manos en alto.
Pero aquel hombre enemigo omitiéndolo y disparando otra de aquellas armas explosivas en dirección a Pieck.
____ tomando a Falco en sus brazos para lanzarse al suelo y cubrirse del estallido que sería provocado junto a ellos, pero en aquel momento antes del impacto, la chica azabache dejando salir el máximo de vapor para evitarlo, así también saliendo ella del cuerpo de titán.
El castaño en las alturas observando el tiro fallido, alejándose sin mejor razón aparente de allí. Aunque otros llegando en su lugar.
— ¡Pieck! — soltó ____, subiendo el titán carreta para ayudarla a salir, deteniéndose un segundo cuando finalmente la observó.
Su novia se veía terriblemente mal. Las enormes manchas de sangre por todo su cuerpo, sus ojos grisáceos mostrándose más oscuros de lo usual, llenos de dolor y agonía. La expresión en su rostro mostrándose totalmente perdida ante lo que sucedía.
— P-Pieck, cariño... — dijo la castaña, mirándola afligida, reteniendo sus lágrimas que querían salir a borbotones por ver el actual estado de su azabache.
— ¡Ella es quién controla al titán carreta! — se escuchó a alguien decir en alerta desde los tejados.
____ percatándose de los soldados enemigos que las tenían a ambas en la mira, su pecho estrujándose ante la idea de ser masacrada junto a su novia.
— Huye — como un hilo de brecha entre la vida y la muerte se escuchó la débil voz de Pieck —, pronto.
— ¡Pieck-san! — dijo Falco en desesperación, uniéndose a un lado de la mayor.
La castaña con los ojos abiertos de par en par, incrédula ante las palabras que la mujer que amaba soltó, mirándola nuevamente con terror, aunque sólo teniendo en mente sacarla de allí lo más pronto posible y de la manera que fuese para ponerla a salvo.
El sonido de los disparos de una escopeta retumbando entonces sus oídos, observando en la cercanía al comandante Magath y a la pequeña Gabi que llegaban junto a un grupo de soldados marleyanos que servirían de apoyo.
— ¡Protejan a Pieck! — gritó el hombre mayor, disparando a sus objetivos enemigos despiadadamente — ¡Braun ayuda a ____!
— ¡Entendido! — respondió la niña castaña.
Aquella llegando junto a ambas mujeres y su compañero rubio para tomar a la azabache en brazos y alejarla del lugar.
____ la sujetaba firmemente por debajo de los hombros, colocando una de sus manos en la cintura de Pieck para mantener el equilibrio. Los niños candidatos a guerreros sosteniendo el lado contrario de manera similar.
Caminaron al sitio más cercano, un edificio de dos plantas que parecía mantenerse tranquilo aunque estuviera ubicado prácticamente en el corazón del caos.
Fue entonces que la castaña tomó en ambos brazos a su novia para subir las escaleras, siendo guiada por Gabi que parecía estar más cuerda en ese momento que Falco.
Una vez llegaron arriba bajándola cuidadosamente en el suelo, asegurándose de no lastimarla o herirla más. ____ se arrodilló junto a ella, apreciando el rostro de Pieck siendo más apacible que minutos atrás, pronto tomando una de sus manos entre las suyas, haciéndole saber que se quedaría con ella.
— Dios, Pieck... — murmuró apenas la menor —, estás tan herida.
Los párpados de la nombrada se movieron, una pequeña sonrisa formándose en sus labios. — No te preocupes, amor — comenzó a decir lentamente —, estoy bien...
____ dejó salir un suave sollozo, librándose de la carga de su angustia ligeramente al observar el vapor que comenzaba a emanar su novia, quien comenzaba a regenerarse a sí misma.
— Gracias — volvió a hablar Pieck, los ojos de ambas mujeres encontrándose finalmente —, por salvarme.
Los de la azabache manteniendo un brillo especial en ellos mientras que los de la castaña cerrándose con fuerza en un intento bastante nulo de evitar soltar sus lágrimas.
Luego asintiendo a lo dicho por su amada, permitiéndose depositar un dulce beso en el dorso de su mano que ella sostenía y al final regalándole una de esas sonrisas que a Pieck tanto le gustaban ver en su rostro.