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— ¡____, nena! — Llamaba con emoción una Hange sonriente.
Ella venía a ti dando saltos por lo largo del pasillo y denotando alegría de su ser, probablemente ella había tenido un gran día.
— ¿Oh? Te veo contenta. — Volteaste a ella.
— ¡Claro qué lo estoy! ¡Mira, tengo una buena nota! — Soltó la más alta mostrando aquel papel calificatorio qué sostenía en manos con una nota alta.
— Parece ser qué tengo una novia inteligente.
— Ya, claro que lo soy. — Ésta sonreía orgullosa estirando sus brazos para alcanzarte y envolverte en ellos.
— Cuatro ojos de mierda, la vas a asfixiar. — Soltó Levi llegando a un lado de ambas.
Y era cierto, Hange se aferraba a ti con bastante fuerza y, aunque te demostraba su alegría y cariño, también había una sofocación de su parte.
— ¿Uh? — Soltó mientras miraba tu rostro siendo apretujado por ella dificultándote la respiración. — ¡_-____, lo siento!
— Descuida, cariño. — Dijiste mientras inhalabas una cantidad exagerada de aire y reías nerviosamente.
— ¡Levi, ya que estás aquí! ¿Qué tal si el qué tenga la nota más baja de ambos le paga un bocadillo al otro? — Hange canturreó a la par de qué se acercó a él con una expresión divertida.
— Cállate ya. — Respondió el azabache mientras mostraba su hoja.
Instantáneamente Hange se puso nerviosa y se retractó de sus palabras al ver la impecable nota de Levi qué era un par de puntos más alta qué la de ella.
— ¡Estaba bromeando! ¡Estaba bromeando!
Dejaste escapar una suave risa ante ello.
— ¿Qué me dices tú, ____? ¿Mi bella novia es—?
— Sabes qué a mí no me puedes engañar de esa forma, Hange. — Interrumpiste. — Sólo debes pedirme qué te compre el bocadillo.
— ¡P-Pero ____! ¡No iba a pedirte tal cosa!
Entonces el estómago de la mayor gruñó de hambre, ante eso, la miraste curiosa mientras alzabas una ceja.
— Sólo vamos a la cafetería... Te compraré el bocadillo. — Suspiraste mientras negabas divertida.
— Tch. Siempre estás cumpliéndole sus caprichos, ____. — Aclaró el azabache con molestia.
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