advertencia: spoilers de capítulo 139, mención de romance.
Ella despertó.
Aunque no sólo ella. Reiner, Jean, Connie, Pieck y muchos más lo hicieron también.
— Eren... — soltó el que fue el último portador del titán acorazado — En realidad eres...
Aquellos cayeron en cuenta que estaban de vuelta, ahora como humanos normales, después de la muerte de Eren y la liberación del ciclo de terror de los titanes.
— Nos dijo que vivamos... — Annie continuó.
Un par de minutos pasaron, la mayoría empezaba a levantarse y tratar de recomponerse en el lugar, buscando con la vista a sus compañeros, amigos o familiares.
La potente conmoción yacía en ellos, las lágrimas y algunos pequeños sollozos totalmente mezclados de una variedad de emociones.
Finalmente, todo había acabado.
Sin embargo, esa luz de esperanza y llena de vida que disiparía hasta los temores más profundos, no llegaba para todos.
____ luchaba por levantarse, sí, había despertado, pero eso no significaba que sus horribles heridas no pudieran acabar con ella.
Sosteniéndose apenas con sus codos, tosió, llamando la atención de sus cercanos.
— ¿____? — preguntó Jean, tratando de observar aún entre el vapor el cuerpo maltrecho de la castaña en el suelo — ¡____!
Connie también se aproximó hasta ella, tomándola por el torso ayudándola a sentarse. — Maldición, ____, ¿estás...?
— Eren también habló conmigo... — dijo lentamente, mientras volvía a toser.
Al percatarse, Braun y Leonhart se acercaron y cuando lo hicieron, ambos tenían una mirada ligeramente horrorizada y de preocupación.
Quizá, sólo quizá, ellos sabrían lo que vendría.
— ____... — soltó Jean nuevamente, tratando de detener a la joven castaña que trataba de ponerse en pie.
Una vez lo hizo, entre Connie y él la sostuvieron por los brazos, ella realmente se veía muy mal. Sus heridas habían sido provocadas con anterioridad en la batalla pero cuando Mikasa tomó la decisión de enfrentar a Eren, ella aún se esforzó ayudándole a su cometido y haciéndolo posible junto a Levi; aunque claro, aquello le costara bastante caro en medio de la intensa situación.
— Yo... — murmuró, pero siendo audible para sus compañeros — estoy bien.
Ella miró hacia el cielo, que realmente tampoco se apreciaba muy bien debido al caos que hubo; respiró, llenando sus pulmones hasta donde éstos se lo permitían y exhaló con lentitud.