Cuando Hange te conoció no eras más que una de los guerreros marleyanos portadores de un titán. Lo que se deducía a que eras el enemigo.
Todo había comenzado con una misión totalmente fallida en la que te viste envuelta, habías sido envida por Marley en una de las flotas que llegaban a la isla de Paradis. En aquel momento siendo tu objetivo el brindar apoyo a tus compañeros guerreros en aquella fatídica batalla, Reiner y Bertholdt.
Sin embargo, todo eso muriéndose en el momento en que el titán de ataque había anticipado alguna clase de llegada relacionada a ti, entonces tomándote por sorpresa y luego de una terrible pelea, tú terminando en una fría celda, con un montón de pares de ojos de demonios mirándote con total desprecio.
Estabas sola en aquel horrible lugar (lugar que tanto te negabas a admitir era una vil mentira), no en cuestión de presencias, si no el hecho de tu compañero portador del titán colosal muerto y un Reiner mal herido apenas acogido por uno de tus superiores, Zeke Jaeger, y otra de tus compañeras, Pieck Finger, antes de abandonarte en el sitio y regresar de vuelta a Marley con las pésimas noticias.
Durante los primeros meses habías sido torturada, tratada de una forma inhumana y denigrada como si no fueses más que un bicho al cual debían exterminar.
Hasta ese entonces todavía la llama de la esperanza de ser rescatada vivía en ti, en la que incluso habías tomado una cantidad variante de huir de los que iban desde escabullirte mágicamente hasta el planear cortarte en trocitos tú misma con el fin de pasar a través de las gruesas rejas de metal que te mantenían cautiva.
Era un infierno estar allí, aún pensándolo sin relacionarlo al hecho de que los habitantes de ese lugar eran llamados "demonios" como tal.
Tú realmente eras consciente de que todas aquellas blasfemias no eran más que un control bajo una perturbadora historia mal contada en el tiempo, sin embargo, nunca admitiéndolo en voz alta debido a que; número uno, si lo mencionabas en Marley, serías acusada de traición y asesinada brutalmente en el traspaso de tu titán a algún candidato a guerrero; número dos, de nuevo, si lo mencionabas en tu "hogar" y no eras asesinada como en el primer caso, probablemente tu familia sí, la cual sólo la formaba tu padre, siendo asesinado sin piedad alguna frente a tus ojos; y por último, número tres, quizá si lo mencionabas en Paradis, nadie creyendo en ti, siendo tu final el mismo que en la primera opción nuevamente.
Aunque, si lo pensabas, sólo una breve insinuación cambiaba todo el contexto de aquel tercer número, el "quizá" respaldándote y sólo en base a un milagro, tu final o tu vida no terminando en tragedia. Así que un día, como cualquier otro, cediéndote ante el impulso y sincerándote con tus "enemigos" de la isla.
Hange Zoe fue la primera en escucharte. Muy pronto sintiendo un destello de vida y esperanza en su semblante, probablemente ella no confiaba en ti, en lo absoluto que no lo hacía, pero ella se portaba diferente al resto; siendo la única que parecía atenta e interesada a lo que decías.
Y hasta un par de tiempo después sabiendo que la mujer castaña era la comandante de una de las divisiones que conformaban el ejército de Paradis, lo tenías en cuenta por que ella misma te lo contó; en ese momento preguntándote el porqué, pero luego percatándote de ello.
Hange charlaba contigo desde el otro lado fuera de la celda, ya no sólo hablaban temas implícitos de la guerra o Marley, ahora siendo temas íntimos y cercanos, como si ambas fuesen amigas desde hace mucho tiempo y por sobre todo, como si estuviesen en el mismo bando.