advertencia: contenido sexual, contenido sugerente, lenguaje vulgar.
— Ymir es la chica más desvergonzada que hayas conocido nunca. No le importa la hora y mucho menos el lugar, ella te incitara a tener sexo aún si ambas están en los establos o haciendo guardia en una de las torres durante el día.
— Su apetito sexual es insaciable, si realmente quieres seguir con ambas piernas funcionales lo mejor es que huyas. Es como si ella fuese una vela a punto de encenderse en cualquier momento.
— Es más de dar que de recibir, así que el aprovechar las escasas oportunidades en las que cede ante ti es una reliquia en la que te tomas tu tiempo.
— Tiene una enorme tendencia a marcar el ritmo e intensidad de su sesión amorosa y eso te hace molestar demasiado, sobre todo en las ocasiones en que estás montándola como te gusta y ella trata de tomarte por las caderas para manipular los movimientos.
"S-Si no dejas de hacer eso me detendré, Ymir" regañaste entre jadeos.
— Ella es dominante, y no sólo en la cama, todo su ser y persona en sí lo es. Te sueles sentir intimidada porque es mucho más alta que tú, además su semblante hace que tus piernas flaqueen cuando su mirada se posa en ti.
— Le encanta avergonzarte totalmente después de provocarte.
"Veamos que tan lista estás para mí" soltó a la par que metía su curiosa mano dentro de tus bragas. "Sólo un par de besos y ya estás demasiado húmeda como me gusta".
— Probablemente cuando te vea demasiado ansiosa en medio de una intensa sesión de besos, hará que te sientes sobre uno de sus muslos para después observar cómo te follas su pierna en una deliciosa fricción.
— Devora tus senos, los marca mientras los succiona y muerde, ésta chica es amante específica de esa parte de tu cuerpo. Lo más seguro es que termines recriminándole las intensas manchas que dejó a la mañana siguiente.
— No sabe controlarse y odia admitir que está celosa. No es que ella sea insegura o no confíe en ti, para nada, ella sólo no confía en los demás y la idea de compartirte con quién sea no le agrada en lo absoluto; su lado posesivo saldrá a la luz cuando note que alguien esté más cercano de lo usual a ti. Se apresurará a tu lado, quizá rodeándote por la cintura con fuerza mientras te dice al oído las cosas que quiere hacerte cuando vuelvan a la habitación.
— Tú especialmente no te sientes celosa de nada ni nadie; sin embargo, cuando suele apegarse mucho a Christa podrías sentir una pequeña molestia que tratas de ignorar, eso hasta que ella te dirige una mirada divertida cuando está con la rubia, lo cual te hace salirte de tus cabales al notar como trata de burlarse.
— Después de haber drenado tu energía por completo follándote, tendrá pequeños gestos que amas, además de dejar acurrucarte en su pecho mientras sus brazos rodean delicadamente tu cintura, proporcionándote calidez.