La castaña menor ahora podía sentir esa leve tensión qué las rodeaba, o bueno, qué rodeaba a Hange; por lo qué había decidido tratar de romper el silencio entre ellas al llegar a la habitación pero la de lentes se adelantó.
— No prestaste respeto a tu superior, ____. — Aclaró refiriéndose a no brindar el típico saludo militar.
— ¿Uh? ¿No era yo tu linda novia a la qué habías ido a buscar en medio de la noche?
La mujer de menor estatura empezó un jugueteo con sus dedos, un poco nerviosa, pues nunca se le había presentado la idea por la cabeza de su novia sintiendo celos de alguien más.
— Sí, pero ante Moblit eres mi subordinada.
— Y también tu novia. ¿No es eso lo qué querías qué él supiera?
— Por sobre ello sigues siendo un rango menor ante la cadena de mando. — Dijo la mayor tratando de ignorar lo dicho.
— Hange, ¿realmente es eso o estás molesta por algo más?
— No losé, ¿porqué debería de estarlo?
Sin duda, Hange quería desentenderse ante la situación, evitando admitir sus acciones para no avergonzarse frente a ella.
— ¿Ir a buscarme hasta el campo para traerme a dormir no es excusa suficiente o en verdad es qué no puedes dormir sin mí?
— Estuviste todo el día entrenando, creo qué deberías descansar. — La más alta bufó.
— Cariño, ¿estás celosa?
— ¿Ah? ¿También debería?
____ conocía bastante bien a su amada, aunque ella misma fuera algo (bastante) distraída, la conocía a la perfección y podía darse cuenta cuando la mayor le evadía algo.
— ¿De cierto castaño tan alto como tú, que por cierto es tu asistente y amigo también? Lo pienso, ¿porqué no me lo dices tú?
Hange no logró no sentirse nerviosa, se volvió a mirar a su castaña a los ojos y notó qué ella le sonreía tranquilamente.
____ era una mujer alegre y con personalidad amena, aunque bastante dura en su labor como soldado. La más alta la veía como una persona calmada en sí, lo que la diferenciaba completamente de ella, pues Hange siempre andaba de un lado a otro con su personalidad extrovertida y emociones a flote.
— Nosé de qué estás hablando, ____. — Le respondió a la par qué hacía un ademán tranquilo.
La de menor estatura suprimió una risita.
— ¿Estás mintiéndome acaso? — Cuestionó curiosa, acercándose a su novia qué yacía sentada en la cama para subirse a ella y sentarse en su regazo tranquilamente.
Luego de ello, ____ la miró divertida, pasando sus desinteresados brazos por el cuello de la otra para sujetarse.
— ¿Te parece divertido? — Cuestionó Hange algo avergonzada con el ceño levemente fruncido.
La menor en su regazo rió suavemente en respuesta.
— Ustedes parecían verse bastante divertidos. — Hange dejó caer sus brazos con pesadez. — Y habían estado pasando tanto tiempo juntos... Sé qué la mayoría del tiempo estoy ocupada con el papeleo, pero me gusta escucharte hablar mientras lo hago.
— Además extraño qué me lleves el almuerzo a mi oficina. — Siguió diciendo Hange mientras pasaba delicadamente sus manos alrededor de la cintura de la otra, sintiendo la dulce cálidez qué le brindaba su pequeño cuerpo.
— ¿Te refieres al almuerzo realmente o a ese otro almuerzo? — La menor la atraía hacia ella, la sensación de estar en los brazos de su novia le hacía sentirse increíblemente contenta de estar a su lado.
— Ambos almuerzos me encantan. — Musitó.
— Oh.
— Me siento tan pátetica. — Hange acunó su cabeza en el cuello de la mujer castaña qué abrazaba.
— A mí me pareces linda el verte así. — ____ le sonrió con dulzura. — Y quiero decir que sólo estoy tratando de llevarme bien con Moblit pasando tiempo con él, porque sé que de cierta forma es especial para ti.
A Hange sin duda le había tomado por sorpresa aquello, hasta cierto punto qué se replanteó toda la situación en su cabeza en cuestión de segundos.
Moblit era una persona apreciada para ella, verdaderamente le tenía cariño al qué era el segundo al mando de su escuadrón, pues también era uno de los qué la seguían en sus planes acerca de los titanes y podía ver la confianza qué él depositaba en ella. De cierto modo, en ese momento se sintió innecesaria, maldiciéndose internamente por ello.
— No me había dado cuenta de eso, yo lo siento, ____...
— ¡Oh, no te disculpes! Entiendo el descuido de mis intenciones. — Respondió rápidamente la más baja, acariciando con suavidad los cabellos también castaños de su novia.
Hange sonrió al mismo momento en qué se daba cuenta de la clase de ser de luz qué tenía frente a ella. Su novia sin duda era muy dulce y atenta, y la creía firmemente como un rayo de sol con sus lindas intenciones caminando por la tierra.
— Podríamos dormir acurrucadas entre nosotras, sí lo deseas te acariciaré la cabeza hasta qué duermas. — Mencionó ____ en un tono bajo mientras le besaba la mejilla.
La más alta no se esperó más para acomodarse en la cama entre las sábanas con su castaña en brazos aferrada a su cuerpo, luego plantó un delicado beso en sus labios para nuevamente acunarse en su cuello y terminar agradeciéndole la intención.
— Gracias, cariño.