Hoy son las 7 de la mañana. Un rasgo bastante extraño que tengo es que soy bueno con las mañanas siempre y cuando la noche anterior duerma con expectativas por el nuevo día.
En mi mundo dado a la llamada rutina diaria no era particularmente emocionante o decepcionante a menos que pasara algo en especial.
Luego de llegar a este mundo, cada mañana que abría los ojos era decepcionante pues rompía en pedazos mis vagas esperanzas de que todo lo vivido aquí era un sueño y que al día siguiente me despertaría en mi casa como si nada. Pero hoy por una vez, me enfrenté a una brillante mañana con una sonrisa en el rostro.
Mientras me dirijo al aseo, reflexiono la razón detrás de mi propio comportamiento. Solo había una respuesta posible, es gracias a Lina-senpai. Ella nos trajo esperanza.
Y aunque hoy probablemente sea un día agotador pues ya puedo imaginar nuestro entrenamiento espartano, sigo sonriendo pensando en verla hoy también.
Después de Runa-san es la persona más confiable que encontramos en este mundo. No, puede que incluso más. Pues aunque agradezco la ayuda de Runa-san, al final no tuvo más remedio que dejarnos por nuestra cuenta. En ese sentido veo que senpai es una persona muy amable, mi humor no podía ser mejor.
Inconscientemente me encontraba tarareando una canción bastante popular en Japón por aquel entonces, aunque solo conocía la melodía. Micchan pareció reaccionar a esto y se levantó poco a poco de la cama. Su aspecto desarreglado no era nada nuevo para mí, solo que a diferencia del pasado ella ya podía arreglarse el cabello sin ayuda.
Sin embargo, tarda demasiado. No podíamos hacer esperar a senpai, pero pedirle que se apure tiene el efecto contrario generalmente. Después de darle un voto de confianza silencioso y esperar 15 minutos para que se arreglara, opté por un método que suele ser efectivo.
—Micchan, me voy primero. Te espero en la recepción del gremio.
Algunos sonidos de objetos cayendo se escucharon del cuarto de baño.
—¡Ah, espera! ¡Ya salgo! —su voz sonaba algo desesperada.
Me daba un poco de lástima, pero si no hacía esto realmente tardaría demasiado. No puedo evitar pensar que en parte es apropósito en estos días. Ella parece estar alerta con Lina-senpai por alguna razón.
Tengo que hacer de mediador a ver si su impresión de ella mejora, estoy seguro de que Micchan podrá ver la genialidad de senpai en poco tiempo si lo hago.
—Ya estoy saliendo. —y para dar credibilidad a mis palabras abro la puerta.
Una suerte que sea una puerta chirriante, estoy segura que la escuchó abrirse.
—¡Ya salgo, ya salgo! —ella sale corriendo desde baño hasta el corredor— Ryou, mira que eres malo. Las chicas necesitamos tiempo para prepararnos. —me dicen en reprimenda mientras llega a mi lado en la puerta.
—Pudiste tomarte tu tiempo, yo te dije que me iba adelante. —ella me frunce el seño, mejor dejo de tomarle el pelo— De todas formas no es necesario perder tanto tiempo arreglándose.
Su mirada de reproche empeora con esas últimas palabras.
—¿Qué quieres decir con eso? —estaba a punto de enojarse en serio, tenía que hacer algo.
—Solo decía que así te ves hermosa, no necesitas más arreglos. Al natural te ves mejor. —sin contar que no tienes ni maquillaje que usar, es mejor así.
Ella parecía a punto de decir algo, pero se calla de repente. Entonces se me adelanta y sale primero por la puerta caminando rápido. Yo me quedo mirándola curioso por un momento hasta que ella se voltea.
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Isekai Yo que Reencarne y Ellos que fueron Invocados
FantasyUna chica japonesa vive una vida muy miserable y decide suicidarse. Sin embargo un caprichoso Dios le da una nueva oportunidad. Ella reencarna en un mundo de magia, guerras y espadas. Años después, en ese primer mundo un grupo de amigos son invocado...