37. Ceremonia de Sangre.

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Con cautela fuimos bajando hasta un pasillo estrecho por el que cabemos a penas yo y Runa estando lado a lado. Enfrente hay una puerta y el símbolo de una mano en su centro.

Ya hemos visto algo así antes así que sin titubear pongo la mano ahí y la imbuyo de magia.

Sin embargo, un pincho de metal lleno de espinas a los lados sale rápidamente y me atraviesa la mano por completo.

En ese instante sangre de mi mano es absorbida a gran velocidad. Eso me asustó así que salté hacia atrás y mi mano salió del pincho no exactamente en la misma posición en la que entró, rasgándome aún más la piel.

El pincho vuelve adentro y mi sangre corre por los bordes de la escultura de una especie de delfín con cuerno que había en la pared plasmado. La puerta hace un sonido mecánico y empieza abrirse.

Ahora, en cuanto a mí.

Supongo que lo normal a esperar es un grito o algo así, después de todo tengo la mano con un agujero enorme en la palma y toda desgarrada. Pero la razón por la que estoy tranquila y sin agonizar por el dolor debería ser obvia.

Gracias a que siempre tenemos activadas la magia No Pain, realmente no sentí dolor alguno, es más como un cosquilleo. Por eso pude reaccionar con el salto.

En cambio, el grito vino de otro lado.

—¡Onee-chan! —naturalmente de Runa.

Aunque los chorros de sangre y la piel hecha añicos no es algo muy hermoso de ver, ella los veía fijamente con cara de extrema preocupación en lugar de asco u horror.

De hecho a mí si me dio ganas de vomitar, aun habiendo visto cosas peores. Realmente tengo que adaptarme. Por ese lado es sorprendente como Runa enseguida reaccionó y con Move detuvo el sangrado y aunque no podía oírla se que estaba recitando en su mente el hechizo de curación.

—Onee-chan, ¿te duele? Tienes la cara pálida. —igual que la de ella irónicamente.

—No te preocupes, no me duele. Es el efecto milagroso del la magia definitiva antidolor. Solo me siento con náuseas, es todo. —le digo calmadamente, a ver si le evitó preocuparse innecesariamente.

Sin embargo aunque por la luz azul podía ver la activación del hechizo varias veces, mi mano no se restauraba. No había que alarmarse, tenía una idea del porqué.

—Runa, sostén mi mano izquierda por un momento.

Ella, aunque confundida me da su mano izquierda. De todas formas solo es la derecha la que mantiene en el aire encima de la mía mientras trata de curarme.

(Wise-chan, necesito que le mandes una imagen detallada de la composición interna de una mano humana. Ella sabrá ubicar en su mente las proporciones entre una mano adulta estándar y la mía. Nada que no halla hecho antes.)

[Yes, Master.]

Parece que la imagen le llega segundos después de pedirlo. Aún si yo tuviera esa imagen en mis propias memorias perfectamente grabada tardaría algo buscándola. Como es de esperarse de mi Wise-chan.

La última vez fue la imagen general del cuerpo humano, pero Runa se centro de seguro en memorizar solo el abdomen, y los brazos y piernas que sabía desde antes por verme a mi hacerlo.

Con esta imagen mental no tarda en regenerarse mi mano por completo, en menos de un minuto ya podía moverla normalmente. Y con esta misma mano acarició la cabeza de mi hermanita.

—Gracias Runa. ¡Hiciste un gran trabajo! —ella toma mi mano de su cabeza, la mira detenidamente y sonríe satisfecha— Ahora si, vamos dentro.

Isekai Yo que Reencarne y Ellos que fueron Invocados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora