Isekai Yo que Reencarne y Ellos que fueron Invocados

35. Conversación casual.

Estoy aturdida ante la figura frente a mí. Siendo sincera, es una figura que había visto en sueños. Sueños infantiles y carentes de sentido donde Runa, mi adorable hermanita pequeña, era un ángel de alas blancas y aro dorado sobre su cabeza.

La diferencia es que ahora, esa fantasía sin sentido se ha vuelto una realidad. Runa viendo mi estado y conciente del sonido de la explosión de hace un momento viene hacia mí con una cara preocupada.

-¡¿Onee-chan, estás bien?! ¡¿Qué pasó?!

-Ah si, estoy bien. Lo que pasó, ni yo misma lo sé. Supongo que fue una reacción adversa o algo así de nuestras esencias.

-Ya veo... Al menos no estás herida.

El alivio que se asoma en su rostro tras confirmar mi seguridad, en seguida desaparece. No puedo culparla, otra preocupación más alarmante oscurece nuestras miradas.

-Runa...

-Lo sé... esta apariencia, definitivamente no es de un demonio ni mucho menos de un succubus. Onee-chan, ¿tienes idea de que pueda ser?

-Tu apariencia es la de un ángel. Pero este es un conocimiento que adquirí como mismo el conocimiento del lenguaje divino. Así que no puedo estar segura de si al menos ángel es una raza.

-Ya veo. -Runa se escucha muy afligida.

Realmente me duele tener esta conversación. La tristeza me invade.

No hay nada peor que esperanzarse y volar hasta lo más alto, para que te corten las alas y te veas forzado a caer.

Si lo veo positivamente, la posibilidad de que nos estrellemos contra el asfalto es muy baja, ya que no creo que sea humana. Solo hay que ver hasta donde caemos. De la mejor situación posible con Runa siendo un demonio, hasta donde lleguemos.

Tengo que ser positiva.

-Tranquila, vamos a investigar bien este asunto. Para ahorrar tiempo lo mejor será preguntarle a Mike-sensei. Y debemos mantener esta forma en secreto hasta saber que puede significar, ¿de acuerdo?

-Si, está bien. Entonces vamos ahora. No quiero seguir prolongando esto por mucho más.

Tiene razón... Esto es un asunto sumamente importante. Decidirá si Runa se queda o no. Ya me decidí a que sin importar que raza fuera se quedaría y la protegería a cualquier costo.

La única manera en que la dejaría ir era que fuera humana. Entonces, ¿cómo después de decidir eso, las cosas se tornan así?

¿Por qué es aún más complicado que antes? Solo quiero ya resolverlo todo y poder vivir tranquilamente junto a mi hermana pequeña.

Esto es... tan complicado. Siento que odio las cosas complicadas. Pero es por Runa, puedo hacerlo, podemos hacerlo. Saldremos de esta.

-Runa... -la miro a los ojos- Todo estará bien. Juntas haremos algo al respecto. Ya son suficientes preocupaciones, pero vamos a resolverlo. Recuerda que me tienes contigo.

-Si. Todo estará bien, porque Onee-chan está conmigo. -ahí está su sonrisa, la sonrisa de un ángel que esta vez en lugar de traerme alivio solo alimentaba mis preocupaciones y miedos.

Pero oculte todos esos malos sentimientos, y también sonreí. Porque todo estará bien.

-Vamos entonces. -extiendo mi mano- ¿Sabes cómo volver a tu forma anterior?

-Si, porque ya vi a Onee-chan hacerlo. Es una sensación algo... extraña. -ella toma mi mano, y cuando cierra sus ojos las alas van desapareciendo junto al aro dorado. Segundos después abre sus ojos. -Todo listo.