Isekai Yo que Reencarne y Ellos que fueron Invocados

57. Me asombra su amabilidad

Frente a una situación de crisis y sin saber si mi estado volverá a empeorar como hace un segundo, actúo rápidamente. Lo primero es alejarse de aquí y volver a casa. Entre otras personas estaremos más seguros. Inmediatamente agarro a Runa por su hombro derecho.

Teleportation.

Nada más recitarlo en mi mente nuestras figuras desaparecen hasta llegar a nuestra habitación. Sin embargo, la sensación de peligro no ha desaparecido. No hay tiempo para analizar detenidamente lo sucedido, primero hay que llamar a alguien. Inmediatamente me dirijo al pasillo.

—¡Rose-san, ven por favor! —grito intentando no mostrar demasiada agitación en mi tono.

No tardan en llegar varias maids con expresiones preocupadas. No suelo alzar la voz para llamar a nadie después de todo. Dos de ellas se me acercan, mientras otras cinco permanecen un poco más alejadas. Incluso los escasos mayordomos estaban entre el grupo de atrás, observando la situación.

—¿Qué sucede, Lily-sama? —una de las dos que se adelantan me pregunta preocupada.

En eso Runa sale también del cuarto y se para a mi lado. Entonces una de las maids frunce el ceño ligeramente, y la mayoría de espectadores da un ligero suspiro de alivio. Runa extiende lentamente su mano hasta alcanzar la mía y sostenerla con fuerza. Su mirada preocupada bastó para hacerme entrar en razón, sin necesidad de palabras.

Ella probablemente tampoco entienda la situación. Por ella también debo ser capaz de explicarme concisamente. Tenía que calmarme o no llegaríamos a ninguna parte. Coloco mi mano disponible en mi pecho y respiro profundo antes de volver a hablar en tono serio.

—Primero llamen a Rose-san y reúnan a todos los que estén en la mansión en el jardín frontal.

La gravedad de la situación estoy segura fue transmitida en esas cortas palabras, pues al instante todos realizan una cortés reverencia y se dispersan rápidamente por los pasillos de la mansión. Entonces me volteo para encarar a mi hermanita.

—Runa… lo más seguro es que no lo vieras, pero el tío desapareció en el momento en que casi me desplomo en el suelo. En ese momento, recordé lo que debía hacer para recuperar mis recuerdos.

Ella me veía consternada.

—¿El tío estará bien? ¿Y si fue otra vez esa persona? —note un ligero temblor que me transmitió desde nuestras manos enlazadas.

—¿Quién es “esa persona”?

—La persona que interrumpió en mi fiesta de cumpleaños y —su voz se vuelve inaudible por un momento— …a la abuela.

De alguna forma pude entender el mensaje. Sin embargo, mi precaución no aumentó en la misma medida que Runa. No tengo recuerdos de esa persona después de todo, ni tampoco de esta fiesta de cumpleaños. En definitiva tenía que priorizar recuperar los recuerdos, pero la desaparición del tío iba primero.

Un mayordomo llega apresurado desde el otro lado del pasillo.

—Lily-sama, ya todos estamos reunidos. Venga conmigo, por favor.

Miro a Runa y ella asiente con la cabeza. Seguimos al mayordomo camino a la salida.

—Por ahora vamos afuera. Tenemos que contactar con mamá y papá. Aunque me preocupa que ellos intenten hacerte algo como el tío… ¿sucedió algo con ellos mientras yo estaba inconsciente?

Ella rápidamente niega con la cabeza.

—Papá y mamá seguían tratándome como siempre. —ella sonríe.