Bienvenidos sean a nuestro juego, se preguntaran que es lo que está pasando y que es este lugar.
Antes de continuar les recomendamos no tratar de escapar de lo contrario morirán, de este pueblo no hay salida a menos que sean el último en pie.
Han...
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No, ella no.
Richelle no.
Las lágrimas involuntarias se me escapan al verla, tan bonita como siempre de pie a metros de mi mirándome confundida. Miro a Damon, su mirada se suaviza cuando me ve y abre la boca para decirme algo pero alguien más lo interrumpe a medio camino.
Richelle corre hacia mi y me rodea con sus brazos, las heridas de mi cuerpo y los músculos que me duelen me hacen chillar pero no es suficiente para que la aleje de mi. Rodeo su cuerpo con mis brazos y me permito llorar, lloro tanto como puedo mientras la abrazo. El familiar olor de su perfume me hace sentir nostalgia a aquellos días en los que me quejaba de que dejaba la habitación oliendo a ella.
Sollozo sobre su hombro y aferro mis manos a su camisa. Lloro porque la extrañaba y lloro porque se a metido en la boca del lobo y la realidad me golpea como la primera vez. Richelle va a morir como los demás he incluso yo lo haré. ¿Por que esta aquí? Hice lo que dijeron, asesine a personas y no intente escapar.
— Oh dios, me alegro tanto de verte – susurra.
Una parte de mi no se cree que realmente esta aquí y piensa que estoy alucinando. Me alejo de ella lo suficiente para ver su rostro y cuando frunce el ceño vuelvo a echarme a llorar. Me toma el rostro entre las manos, la familiaridad hace un hueco en mi corazón.
Richelle no.
Ella no merece esto.
— ¿Por qué lloras? – pregunta.
Ni siquiera sabe qué es lo que está sucediendo, nadie lo sabe además de Damon y yo. Miro a Damon con la esperanza de que me ayude y parece comprender lo que le pido, da un paso hacia nosotras y aleja a Richelle de mi. Es ahí cuando se da cuenta de las vendas que cubren mis heridas y ahoga un chillido.
— ¡Dios mio! ¡¿Que te sucedió?! – trata de volver a mi pero Damon se lo impide.
— Oye, no quiero sonar agua fiestas pero no creo que quieras hacerle daño – le dice Damon.
Richelle abre la boca para decirle algo pero logra entender lo que dice y se arrepiente a medio camino.
— Lo siento, no lo sabía – Damon la suelta.
— Estoy bien – digo.
Me apoyo en la pared detrás de mi y siento algo de alivio en mi pierna, no duele tanto. Por encima del hombro de Richelle logró visualizar a las personas que caminan confundidas, mirando a su alrededor y haciéndose preguntas entre ellos.
Esto no puede estar pasando.
— Ve a la cabaña – dice Damon bajando los escalones – Yo me encargo de esto.
Richelle esta por decirle algo cuando Damon se adelanta y desaparece de nuestra vista para hacer quien sabe que cosa. Una parte de mi piensa lo peor, que se encargará de ellos en un término terrorífico pero la otra confía en que hará lo correcto y les explicara que sucede.
