21. Te lo prometo, Bambi

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La piel se me eriza bajo su tacto y me remuevo incomoda, trato de liberarme empujandolo como puedo pero es mucho más fuerte que yo y el agarre de sus manos en mis muñecas comienza a doler

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La piel se me eriza bajo su tacto y me remuevo incomoda, trato de liberarme empujandolo como puedo pero es mucho más fuerte que yo y el agarre de sus manos en mis muñecas comienza a doler. Se le dibuja una sonrisa al mismo tiempo en el que sus ojos brillan y me horrorizo.

Sube su mano por mi estómago, sus dedos helados recorriendo mi piel y me siento indefensa.

— Sueltame – suplico.

— ¿Por que deberia?

Dejo de respirar, por un momento creo que ya no estoy presente pero cuando su mano continua acercándose al borde de mi sujetador reacciono. Me muevo debajo de él tanto como puedo, forcejeamos, sus manos alrededor de mis muñecas me hacen daño y tengo que contener un chillido cuando me obliga a mantemerme quieta.

Mis piernas quedan entre las suyas y mi mirada se encuentra con la de él.

— Te lo suplico, sueltame.

— Obligame – alza una ceja.

Vuelve a tocarme y mi cuerpo reacciona. Flexiono las piernas en su dirección golpeandolo en la entre pierna y un grito se le escapa. Me suelta las manos y aprovecho para empujarlo lejos de mi. Cae a mi lado maldiciendo y como puedo me levantó tratando de colocar tanta distancia como puedo entre nosotros.

Una carcajada me hace detenerme en seco, la parte racional de mi cerebro me grita que me aleje a toda prisa de él y vuelva al pueblo en cuánto antes pero no me muevo. Se rie a carcajadas cómo si le hubieran contado el mejor chiste de su vida pero al mismo tiempo se retuerce en el suelo.

— ¿De que ries? – le digo a unos metros de él.

Me ignora, menea la cabeza y poco a poco parece recuperarse de mi golpe. Se sienta y me mira de arriba abajo con una ceja alzada, doy un paso hacia atras por miedo a que se levante y venga contra mi.

— Eres atractiva, Amber – me recorre con la mirada – pero por más que quiera estar contigo no lo tengo permitido.

Se me pone la piel de gallina y me abrazo a mi misma sin entender muy bien de que es lo que esta hablando. Ninguno de los dos dice nada y cuando se levanta tropiezo con una de las piedras. Estoy por caer al agua cuando él me toma de la mano y tira de mi en su dirección, el corazón me da un vuelco en el pecho y lo miró horrorizada, esperando a que haga algun movimiento en mi contra.

Me suelta, no puedo ocultar la sorpresa de mi rostro y queda claro cuando sonrie y da un paso lejos de mi. Me permito expulsar el aire que no sabia qué estaba contenieneo y lo miro arreglarse la camisa.

— Sera mejor que me vaya – murmura.

Frunzo el ceño, estoy por hablar pero se da media vuelta en dirección al bosque y me pregunto a donde demonios llega por el bosque, quiero seguirlo y salir de aqui pero se que en cuanto cruce la linea moriré de una forma atroz.

RESILIENCIA #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora