25. Todos tenemos un precio

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— No voy a matar a Damon – siseo

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— No voy a matar a Damon – siseo.

Coloca los ojos en blanco y vuelve a mirarme.

— El amor te vuelve idiota por lo visto – murmura dando un paso hacia mí –. Me importa una mierda si quieres o no, es una orden.

Alzó el mentón cuando me acorrala contra su cuerpo apoyando las manos detrás de mí junto a las mías en la consola. Tenerlo cerca hace que se me revuelva el estómago y el sentimiento de familiaridad se vuelve más fuerte.

— Yo no resivo órdenes de ti.

Una risa carente de humor se le espaca de los labios, apartó la cabeza cuando su aliento roza mi piel.

— ¿Crees que con tu actitud altanera conseguirás algo? Me importa una mierda si quieres o no, Amber, vas a matar a Damon.

— Prefiero que me mates antes de hacerlo.

La idea de hacerle daño a Damon me pone los vellos de punta, no sería capaz de tocarle ni un solo cabello, jamás lo haría aunque soy consciente de nuestras situaciones. Gruñe, lo tengo tan cerca que incluso puedo sentir su pecho vibrar. Golpea el tablero detrás de mi y el corazón me da un vuelco en el pecho, cierro los ojos y cuando vuelvo a abrirlos esta lejos de mi, mirándome inespresivo mientras señala la pantalla detrás de mi.

Giro hacia lo que señala y se siente como una tortura, como si todo pasara en cámara lenta. Es Damon, está de espaldas a lo que se supone que es la cámara, distraido con algo en su mano que no logro mirar, parece concentrado en lo que hace y trato de mirar de qué se trata. Entonces doy un salto en mi lugar y ahogo un jadeo, alguien salta sobre él justo detrás de los árboles y Damon se tambalea. El hombre de traje se acerca al tablero y presiona otro botón, logró escuchar a Damon, sus jadeos y forcejeos tratando de soltarse del agarre de la chica. Tiene sus brazos y piernas alrededor de él mientras trata de ahorcarlo.

Aprieto los puños, no puedo hacer nada, no puedo ayudarlo y el estar de brazos cruzados me frustra. Damon se inclina hacia adelante y tira de la chica sobre él enviándola al suelo, ahoga un grito y yo no me quedó atrás, la chica pelinegra tiene un cuchillo en su mano y a cortado a Damon en el brazo.

— Maldita – sisea.

Se levanta del suelo y vuelve a atacarlo, esquiva sus golpes como puede y trata de no volver a cortarse. La chica le dice algo pero no logro escuchar muy bien, el latir desbocado de mi corazón no me lo permite, escucho mi propia sangre bombear en mis oídos. La toma de la muñeca antes de que pueda apuñalarlo y tira de ella hacia él obligándolo a que suelte el cuchillo, su pecho choca con su espalda y la retiene entre sus brazos.

Entonces golpea su pierna con su pie y la chica cae de rodillas tratando de soltarse de su agarre. Ahogo un jadeo y me alejo del tablero horrorizada. Toma su cabeza entre sus manos y la gira rompiendole el cuello y juro por dios que he escuchado el sonido de sus huesos quebrarse. Respira agitadamente pero no se aparta de ella.

RESILIENCIA #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora