02. Serás caníbal

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— ¿Todos van a morir?

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— ¿Todos van a morir?

Me siento como una tonta por preguntar algo que es muy obvio. Si Ellos lo único que quieren es que todos nos matemos entre todos dudo mucho que alguien quede en pie.

Es una masacre, eso es lo que es. Es una especie de caseria, todos debemos matarnos entre todos. Y si uno queda en pie ¿Cuál es el punto? Si sales puede que quedes traumado de por vida, ya no serás el mismo. Trago saliva. Pero tampoco puedes entregar tu vida en bandeja de plata como un idiota, la vida de todos es importante para uno mismo, no dejamos que cualquier nos la arrebate.

No, no puede ser.

Inhalo y contento el aire lo suficiente como para que las lágrimas dejen de amenazar con salir de mis ojos.

Estoy contra la espada y la pared. Juro que por un mínimo momento pensé que nadie iba a aceptar jugar y que Los Siete no sé saldrían con la suya pero en cuanto comenzaron los disparos no importo nada más. No hay mucho que pensar, ni mucho que procesar, ya todo está muy claro.

— ¿Y si me suicidó? – Alzó la mirada hasta él.

Ríe por la nariz y rodea la barra hasta mi meneando el líquido de su vaso mientras camina.

— Traerán a alguien de tu familia, a alguien que quieras – Responde, tan tranquilo que me eriza la piel.

Hago una mueca, no creo que puedan traer a algún familiar mío, de ser así estaría agradecida ya que no conozco a ninguno, me crie en un orfanato. Traer a alguien que quiero tampoco es una opción, no soy muy sociable, nunca llegó a convivir con alguien lo suficiente como para llegar a tenerle cariño. A excepción de Richelle.

Fue la única que me recibió con los brazos abiertos cuando llegue a la universidad, se convirtió en una hermana para mí, siempre está ahí cuando la necesito sin importar qué.

Me llevó las manos a la cabeza y apoyo los codos en la barra y sin más lloro, dejó que todos mis sentimientos fluyan en mi interior y se deslicen por mis mejillas.

No puedo condenar a Richelle a vivir esto, ni siquiera yo puedo sobrellevarlo y se que ella menos lo hará. Me resigno a qué de una forma u otra moriré aquí.

No es real.

Estoy soñando.

Sigo ebria.

Me pase de tragos.

Damon se mantiene junto a mí sin mover un solo músculo. No espero en me consuele, que me dé unas palmaditas en la espalda y me diga que todo estará bien porque es obvio que eso no es lo suyo.

— Insisto que llorando no lograrás nada – carraspea y lo fulminó con la mirada.

— Cállate de una vez – siseo y el alza las manos.

RESILIENCIA #1 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora