Bienvenidos sean a nuestro juego, se preguntaran que es lo que está pasando y que es este lugar.
Antes de continuar les recomendamos no tratar de escapar de lo contrario morirán, de este pueblo no hay salida a menos que sean el último en pie.
Han...
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El silencio reina en el lugar mientras nos miramos. Esto no puede estar pasando, no puede ser real, tiene que ser otra de las bromas de Los siete.
Damon es más rápido que yo y le quita el celular de las manos, él chico lo mira pero no le dice nada, nadie lo hace y por un momento me doy cuenta de algo. Damon es quien les dijo lo que estaba pasando y ellos se están comportando como los demás, como las personas con las que llegue a este lugar, como si Damon fuera una especie de líder que responderá cada una de sus dudas.
— Es verdad – me dice Damon bajando el celular – tiene señal pero no suficiente batería.
Era muy bueno para ser verdad. Suspiro. No creo que pueda aguantar más tiempo de pie así que camino hasta las escaleras de una de las cabañas y me siento ahí, Damon me sigue y los demás también lo hacen.
¿Que es lo que les sucede?
— Tenemos que llamar a alguien – dice una de las personas.
Richelle se mantiene alejada de mi y de los demás, a una distancia prudente, lo unico que hace es mirarnos a Damon y a mi, como si estuviera analizando nuestros comportamientos. No le digo nada, a pesar de querer tenerla al lado después de lo que hizo, pero se que quiere su espacio en este momento y la entiendo.
— ¿A quien vamos a llamar? ¿A las autoridades? – dice un chico en un tono sarcástico.
— ¿Por qué no? Es una muy buena idea – dice otro y yo no hago nada más que mirarlos.
— Son idiotas si creen que funcionará – chasquea la lengua cruzandose de brazos – pensaran que estamos tomandoles el pelo.
Noto un acento bastante marcado cuando habla pero no logro descifrar de dónde es. Damon no les dice nada, hace lo mismo que yo, mirarlos discutir sobre algo que, a mí parecer, no va a funcionar.
Solo dios sabrá en dónde estamos metidos, Los siete controlan todo a nuestro alrededor, es obvio que si llamamos nos intervendrán la llamada.
— Tenemos que llamar a alguien que estemos seguros de que responderá y de que nos ayudará, que nos creerá – interviene una mujer.
— Eso es muy buena idea – el dueño del celular miró a la mujer de acuerdo con ella.
— Alguien importante – dijo alguien pero no supe quién exactamente.
¿Eso es lo que pensaban hacer? ¿Llamar a alguien importante? ¿Por qué creían que iba a funcionar? Si, no niego que hay en mi una pizca de esperanza de que realmente funcione y de que este infierno acabe pero ¿y que tal si no funciona? No es posible que Los Siete sean tan tontos como para permitir que alguien trajera un celular.
Es ilógico.
Yo no tenía el mío, ninguno tenía el suyo ¿por que él sí? No confiaba en nada de esto.
