being my boyfriend. [J.JK] #2

Capítulo 40: Eso depende de ti.

¿Cuánto tiempo había pasado desde nuestro último beso? Era esa la pregunta que rondaba en mi cabeza mientras disfrutaba de él. Sus labios estaban suaves y se sentían aún mejor a como los recordaba. Aquel beso estaba lleno de desesperación y de ganas, todas aquellas ganas que llevábamos guardándonos desde que crucé aquella puerta hacía más de un año.
Él sujetó mi cara con suavidad, como si del objeto más frágil me tratase. Sonreí en mitad del beso, dándome cuenta de lo mucho que le había extrañado. Esa manera de dominar y de querer llevar el control de mi boca, mi cuerpo y mis gestos me estaba haciendo perder el control.

-Dios.-susurró en mi boca, con la respiración agitada.

-No deberíamos...-dije, estropeando el momento y, aunque me doliera, tratando de ser realista.

-¿No deberíamos hacer esto?-preguntó en otro susurro, provocándome.-En estos momentos me importa una mierda lo que está bien y lo que está mal, princesita.

Sin decir nada más, atacó mi boca de nuevo.
Bajó sus manos hasta mi cintura, rodeándola y pegándome más a su cuerpo. Me reí como una niña pequeña llena de felicidad tras su gesto y él sonrió. Hice viajar mis manos por su pelo, rizado y aún mojado por la lluvia, ya que sabía que eso le haría reaccionar. En cuanto lo hice, mordió mi labio con algo de fuerza, pero sin hacerme daño, buscando la manera de provocarme. En poco tiempo ese beso inundó mi casa de excitación y ganas por parte de ambos.

-Ya sabes dónde vamos a terminar si seguimos haciendo esto, ¿verdad?-sentenció rozando mi boca.

-Quizá.-respondí con una sonrisa llena de malicia.-Pero, no voy a dejar que me tengas tan rápido, Jeon.

-¿Estás...dándome una lección? Sabes que no soy de recibir castigos.-me miró sin dejar de sostener mi cintura cerca de su cuerpo.

-De eso se trata. De que aprendas que no todo será como tú quieres.-dije sin dejar de sonreír.

Traté de hacerme la fuerte.
Tenía tantas ganas de que volviese a besarme. No quería separarme de él, de su boca. Sentía que debía estar ahí para siempre. Pero, las cosas no se olvidaban tan fácil. Aún no éramos pareja, ni lo seríamos. Pretendíamos jugar a un juego en el que ambos terminaríamos quemados pero, estaba bien, porque los dos estábamos dispuestos a arriesgarnos. Incluso en esas, tenía muy claro que no le iba a servir todo hecho. Iba a joderle y tendría que aguantarse. Al menos, hasta donde yo pudiese aguantar y hacerme la fuerte, porque tenía tantas ganas como él de ser suya nuevamente.

-Siéntate. Te prepararé algo caliente.-dije por el frío que debió pasar bajo la lluvia, dejándole con las ganas.

Me miró de arriba a abajo, tratando de decirme sin usar las palabras lo que quería.
Su pelo revuelto, sus ojos llenos de lujuria, sus labios ahora más rosados e hinchados por el beso, su brazo lleno de tatuajes... Necesitaba en ese mismo momento mucha voluntad para no volver a acercarme a él. Pero, la tuve.
Él se sentó y me miró con una sonrisa mientras preparaba algo de té. Trataba de evitar su mirada hasta que nuestros ojos se encontraron otra vez y no pude evitar soltar una risita nerviosa.

-¿Por qué me miras así?-pregunté sonriendo mientras le servía en un vaso.

-Por nada.-respondió mordiendo su labio inferior con esa sonrisita.

-¿Nada? ¿Estás seguro?-cuestioné de nuevo, sentándome a su lado y dejándole la taza sobre la mesa.

-Gracias.-dijo, evitando responder a mis preguntas.