being my boyfriend. [J.JK] #2

Capítulo 54: Te brillan los ojos.

No hacía falta usar las palabras entre ambos, nunca hizo falta. Siempre nos bastaba con una mirada, una caricia, un beso... Nuestra comunicación iba mucho más allá. Sus dedos acariciando mi espalda con delicadeza y la calidez de su cuerpo fueron otra de nuestras muchas maneras de comunicarnos. Me hizo sentir cómoda, relajada y querida entre sus brazos. Olvidé por un segundo todo lo que había ocurrido ese día, pues en ese momento solo estábamos él y yo. Sin embargo, pasados varios minutos, su voz algo ronca y dormida acabó con aquel perfecto silencio.

-¿Deberíamos ir a dormir ya?-susurró dejando un beso en mi cabeza.

Levanté mi cabeza, incorporándome para que nuestras caras quedaran frente a frente y pudiésemos mirarnos. Desde un principio quise cuestionarle acerca de las preguntas que Taehyung me realizó, aquellas que me dejaron dándole vueltas a la cabeza por el resto de la noche. Pero, vi sus ojos entrecerrados por el cansancio y su cara pidiendo a gritos descansar.

-Sí, vamos.-sacudí mi cabeza levemente para evitar pensar en esas preguntas y sonreí.

Traté de levantarme, pero, sus manos agarraron mi cintura y me sentaron sobre sus piernas de nuevo. Fruncí el ceño, confusa por lo que acababa de hacer.

-¿Ibas a decirme algo?-cuestionó elevando una ceja.

-Sí, pero, no es nada. Olvídalo.-acaricié su brazo lleno de tatuajes.

-Si me lo ibas a decir es porque tenía algo de importancia. ¿Sobre qué es?-preguntó mostrándose interesado a pesar de su sueño.

-Es solo que Taehyung hoy me hizo algunas preguntas sobre ti o, más bien, me preguntó si yo tenía las respuestas a esas preguntas y... Nunca te las pregunté. Mi cabeza lleva dando vueltas alrededor de eso toda la noche. Pero, tranquilo, sé que estás cansado. Puedes responderlas mañana, kook.-resté importancia, dándole un beso en la mejilla para finalizar con la conversación.

Él me miró con una sonrisa.

-Te dije que respondería cualquier duda que te surgiera tras la cena y eso es lo que voy a hacer. No nos moveremos de aquí hasta que sepa que te ha quedado claro todo, ¿de acuerdo?-preguntó.

-Pero, estás cansado.-insistí.

-Me importa mucho más aclararte todo y saber que no te vas a ir a dormir con dudas acerca de mi antes que dormir, princesa.

Me quedé callada.
Jugué con sus dedos debido al nerviosismo. Quizá estaba nerviosa por recibir una respuesta que no quería escuchar o, quizá, simplemente me aterrorizaba el hecho de que algo de esto me pudiese volver a hacer dudar de él.

-¿Serás completamente sincero?-quise preguntar, mirándole con inocencia.

-No hay más secretos entre tú y yo.-me aseguró.

-Confío en ti.-respondí sinceramente.

Él dejó un pequeño beso en mi frente.

-La primera pregunta que me...incitó a preguntarte es... ¿con cuantas chicas te has acostado?-mi mirada hacia él solo desprendía miedo, miedo por su respuesta.

-No creo que sea buena idea que...-dijo para no hacerme daño, pero, le interrumpí.

-Solo dilo.-insistí.

-Con muchas, T/n.-su voz era fría.

-¿Muchas? ¿Más o menos...?

-Perdí la cuenta hace bastante tiempo.-se sinceró.

-¿Entonces es verdad que te has acostado con casi todas las mujeres que...hemos visto en las galas?-busqué en su mirada algo de compasión.

-Sí, es cierto.-le oí decir y bajé la mirada, sin querer mantener un contacto visual que, más adelante, sería forzado.-Escucha, princesa. Hubo una etapa en mi vida en la que la fama, el dinero y la importancia que todos me daban se me subió a la cabeza. Supongo que ese es el precio que hemos de pagar aquellos que conseguimos fama siendo muy jóvenes. Fundé mi empresa siendo un joven que apenas salía de la adolescencia. Aún era un crío, era inmaduro. E imagina que, de pronto, de un día para otro, empiezas a tener ingresos tan altos que, en poco tiempo, tu cuenta se llena de ceros, comienzas a ser el objetivo principal de los medios de comunicación y comienzas a tener números ajenos de chicos en tu habitación de hotel que sueñan con estar en tu cama. ¿Qué hubieses hecho tú con diecinueve o veinte años?