being my boyfriend. [J.JK] #2

Capítulo 13: Bienvenida.

Él se levantó con total naturalidad.
Se puso unos pantalones estilo jogging de color gris y se quedó sin la parte arriba. Me deshice de las sábanas y me levanté cuando sentí una gran molestia en mi zona, algo así como ardor.

-Jungkook.-dije parándome en seco, haciendo que me mirase.

-Dime.-dijo atento, acercándose.

Le miré nerviosa por no saber que ocurría y por sentir una sensación que nunca antes había sentido.
Tan solo con ver mi cara supo a que me refería. Sonrió con ternura por ver mi cara de preocupación y se paró frente a mi.

-Tranquila. No vas a morir de esto.-me miró con un aire algo burlón.

-Tú sí que morirás la próxima vez que me lo hagas.-amenacé de brazos cruzados.

-Mentirías si dijeses que no lo disfrutaste así que no te prometeré nada...-sonrió.-...hasta entonces, vístete. Si te sigo viendo desnuda probablemente haré que te duela aún más.

Me sorprendí internamente por su comentario.
Reí disimuladamente y le miré abandonar la habitación. Agradecí que hacía unas semanas había dejado ropa mía en casa de Jungkook, por lo que ahora tenía con que vestirme. Me puse unos jeans, un jersey blanco un poco corto que enseñaba parte de mi abdomen y unas botas negras.
Me miré al espejo y me admiré en varios ángulos, tratando de reanimar la autoestima que me faltaba. Antes de bajar, caminando por el pasillo del segundo piso, me acerqué a su despacho.

-Debe estar increíblemente cansado.-dije en voz alta, viendo todo el trabajo acumulado sobre su mesa.

Me senté en la silla que, por cierto, era muy cómoda y ojeé alguna que otra cosa.
Todo era contratos, documentos, informes... Nada que se saliese de la rutina. De pronto, vi un papel que desentonaba un poco, saliéndose del aburrido parecido al resto de hojas. Fruncí el ceño y lo agarré con cuidado. Vi la foto de una chica joven, quizá tendría unos años más que yo. Leí lo que ponía y eran todos sus datos, algo así como un currículum.

-¿Qué?-susurré sin entender nada.

De repente, la puerta se abrió y lo solté todo.
Me puse de pie, como si estuviésemos en el trabajo y vi su penetrante mirada dirigirse a mi. Agache mi cabeza, bajando la mirada y evitando encontrándome con una cara de enfado.

-¿Qué haces aquí?-preguntó con seriedad.

-Nada, solo... solo quería ver unos... informes.-mentí.

-¿Informes?-rió con enfado.-¿Cuántas veces te he dicho que no toques mis cosas?-cuestionó.

Le miré con mala cara.

-Entonces, ¿piensas vivir junto a mi? O, no lo sé, ¿casarte? No quería entrometerme, solo ojeaba, pero si tanto te molesta que toque "tus cosas" dímelo y me aseguraré de no volver a tu casa.-me crucé de brazos, tratando de mostrarle que me había molestado.

-¿No volver a mi casa? Si sigues así lo único que conseguirás es no salir de aquí.-amenazó.

Dejé que mi enfado saliese a través del gesto de mi cara.
Cogí mi móvil, lo guardé en el bolsillo trasero de mi pantalón y me acerqué a la puerta para irme. Él seguía en el umbral de la puerta y, al salir, choqué su hombro con el mío. Noté su risita algo sorprendido por lo que le hice. Antes de que pudiese alejarme más, noté como su mano agarró mi pelo y, por un momento, maldije haberme hecho una coleta. Dio un tirón, jalándome hacia atrás pero sin hacerme daño. Reí disimuladamente por su gesto.
Pegó nuestros cuerpos a pesar de haberme quedado de espaldas a él y, desde atrás, susurró.

-¿Pensabas irte así?

Su susurro me erizó.

-No tengo nada más que hablar contigo.-traté de hacerme la dura.