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—¿No sé te olvida algo?— preguntó en tono coqueto el castaño y Suga sonrió en respuesta mientras le daba un beso en los labios y bajaba del auto.

Oikawa para no levantar sospechas había decidido dejar al Cisne Blanco unas calles antes de la Academia de forma que pareciera que nunca llegaban juntos.

El Cisne Blanco había decidido aceptar la propuesta de Tooru y vivir con él, no tenía motivos para negarse y estaba mas que emocionado por haber conseguido lo que quería por primera vez. El castaño bajó del auto y fue recibido por Iwaizumi.

—Cambiate, hoy viene la patrocinadora principal y quiere ver un ensayo general de lo que llevamos— ordenó el moreno mientras lo apresuraba a los vestidores

—Iwa-chan espera. Aún no me dices quién nos está financiando— se quejó mientras hacía un puchero

—No hay tiempo para eso, ella dijo que los quería a todos en su lugar lo más puntual posible— siguió empujando al castaño

—Espe...— trataba de contraatacar pero todo parecía inútil, cuando se percató ya estaba en los vestidores mientras todos los estudiantes lo miraban atentamente —Buenos días— se aclaró la garganta, mantuvo la compostura y fue a su casillero para cambiarse.

Por pura casualidad y mala suerte, este se encontraba a lado de el de Koushi y Kageyama, en ese momento maldijo a su primo por ponerlo en tan incómoda situación. Se desabrochó la camisa dejando al descubierto la espalda marcada por el Cisne quien al verlo de esa forma se sonrojó y desvió la mirada, sin embargo Tobio no apartó su mirada y los celos lo invadieron de nuevo

Cuando ellos lo hicieron le había prohibido marcarlo incluso le había prohibido tocarlo ¿Por qué a él se lo permitía

—No sabía que tuviera pareja, Oikawa-san— el Cisne negro no aguanto y decidió sacar el tema frente a todos con toda la intensión

—Es algo reciente— Tooru no le dió mucha importancia y contestó de la forma más simple posible, si pudiera gritaría ahí mismo que le pertenecía al protagonista de la obra y que nadie se atreviera a tocarlo o tan siquiera mirarlo

Pero el estúpido de su primo le había hecho prometer mantener esto fuera de la Academia y así lo haría

—¿Quiere decir que lo dejara cuando se aburra?— preguntó con malicia causando un pinchazo en el pecho del peligris quien se encontraba escuchando

Oikawa sacó una polera y se la colocó cubriendo esas marcas recelosas y frunció el entrecejo mirando al pelinegro

—¿Que te hace pensar semejante estupidez?— cuestionó mientras se sentaba para amarrarse las zapatillas

—Ya sabe, los rumores sobre dónde a usted le encanta ir de cama en cama— Kageyama no se iba a quedar callado ¿cierto?

—Escucha Kageyama— Oikawa resopló un poco molesto mientras dejaba de atar sus zapatillas y lo miraba con seriedad —Te voy a pedir de favor que dejes de hablar sobre esos rumores, mi relación actual no es como las anteriores, quiero que sepas que mi pareja es una persona muy paciente, pero no dudo que si llega a escuchar esto le moleste. Kageyama, espero que entiendas que lo fui hace algunos meses o años ya no está— volvió a su tarea y Koushi sonrió por lo bajo al escuchar esas palabras, guardó sus cosas y salió con sus compañeros directo al salón

—Las personas no cambian, Oikawa— comentó Tobio —Eres un imbécil que nunca está satisfecho con nada. No importa si tienes al hombre más hermoso, tú y yo sabemos que estar atado no es propio de ti— susurró y dejó al castaño solo.

Su pasado le estaba pesando más de lo que pensaba, romper las cadenas de lo que no le gustaba le costaría más de lo que previó, pero se esforzaría porque lo había prometido y porque la persona del que estaba enamorado lo merecía, merecía el esfuerzo más inhumano para que fuera feliz.

Terminó de atar sus zapatillas, guardó sus cosas en su casillero y salió con dirección al salón. Había un total revuelo lo que lo confundió ¿Qué estaba pasando? Trato de abrirse paso y sólo pudo escuchar a Hajime hablando en medio de los estudiantes

—Hoy tenemos la visita especial de nuestra patrocinadora principal y más importante— habló con serenidad en su voz — Es una mujer que no necesita presentación y que su carrera habla por si sola. Sin embargo le daremos un fuerte aplauso para darle la bienvenida a Kiyoko Shimizu— todos empezaron aplaudir, pero Tooru no pudo ni siquiera moverse, todo en su cabeza daba vueltas y su corazón palpitaba con agresividad

¿Había dicho Kiyoko Shimizu? ¿Era ella? Sí, no había duda. Claro que era ella. La persona que lo habia destrozado estaba ahí, como si se hubiera enterado que quería salir del fango y ella viniera a recordarle que jamás lo haría

—Tu siempre tan amable Hajime-kun— agradeció la pelinegra mientras se acomodaba los anteojos y sonreía con belleza —Has crecido bastante desde que dejaste la Academia— bromeó en tono coqueto —Pero ahora quiero ver a mi Cisnes y al productor que si no me equivoco fue uno de mis mejores estudiantes y ahora también será el príncipe de la obra— Ella seguía igual de recta y elegante, su aspecto maduro no le quitaba la belleza de su femeneidad, su cabello perfectamente recogido y siempre bien vestida, parecía que el tiempo no había pasado, ella... Estaba igual a cuando la conoció, igual a cuando le rompió el corazón e igual a cuando lo destrozó hundiendolo en la mierda

Ambos Cisnes se acercaron y fueron observados por la bailarina retirada quien asintió satisfecha, ella habría hecho la misma elección

—Oikawa-kun— llamó ella cuando cruzó miradas, sus ojos azules se clavaban en él como dagas y el castaño sólo pudo escuchar el sonido de su corazón golpeando sus oídos

¿Cuánto tiempo había pasado?

—Shimizu-san— se forzó a sonreír y mantener la compostura mientras se acercaba con toda la naturalidad que le quedaba —Es una sorpresa que usted sea nuestra patrocinadora— hizo una ligera reverencia

—Cuando me enteré que tú serías el productor no pude evitar querer participar. Quería ver en qué se había convertido mi dulce niño— sonrió

No, ella no quería eso... Ella quería hundirlo al abismo de nuevo

CisneDonde viven las historias. Descúbrelo ahora